El acusado de tirar a una joven desde la muralla abusó de una niña a los 17 años

Cuando era menor fue condenado por agresión sexual a una pequeña de 12 años, con la que habían pactado su boda. El detenido niega que subiera con la mujer al adarve y asegura que desconocía su transexualidad. Quedó en libertad
El sospechoso y su familia residían en 2014 en el número 113 de la calle Yáñez Rebolo, donde la niña de 12 años vivió un infierno. EP
photo_camera El sospechoso y su familia residían en 2014 en el número 113 de la calle Yáñez Rebolo, donde la niña de 12 años vivió un infierno. EP

El juzgado de instrucción 3 y los investigadores de la Policía Nacional prosiguen con la investigación sobre la caída desde el adarve de la muralla, en la madrugada del pasado de domingo, de una joven transexual, que permanece ingresada en el Hula con numerosas fracturas. El objetivo permanece sobre el hombre de 24 años que fue detenido como supuesto responsable de haberla empujado al vacío y puesto en libertad con medidas provisionales acusado de tentativa de homicidio y omisión del deber de prestar socorro. Y es que los investigadores parecen haberse encontrado con un sorprendente pasado de agresiones machistas.

El sospechoso, según pudo saber este diario de fuentes cercanas al caso, no solo negó ante el juez que hubiera empujado a la chica hasta una terraza de la Ronda interior, una caída de unos doce metros, sino que incluso aseguró que no llegó a subir al adarve con ella. También negó cualquier motivación transfóbica en su ánimo, ya que ni siquiera sabía, dijo, que la chica tenía esa identidad de género.

 

Esta declaración, la imposibilidad de tomar testimonio a la víctima y la ausencia de testigos directos determinó que la Fiscalía y el juez desestimaran la prisión provisional y optaran por medidas menos lesivas, como la prohibición de aproximación a la víctima y la visita regular del investigado en el juzgado. Sin embargo, no se puede descartar que la situación cambie en un futuro si aparecen nuevas pruebas y ante la seriedad de algunos comportamientos del sospechoso cuando era menor.

Fuentes judiciales resaltaron el hecho más grave, una condena que recibió a los 17 años, hace siete, por un delito de abuso sexual y de agresión contra una niña de 12 años. Dado que era menor de edad se le impusieron como medidas el alejamiento de la víctima y un año de internamiento terapéutico. Estos hechos no pueden figurar en su historial ya que por ley cualquier antecedente acumulado antes de la mayoría edad queda borrado al entrar en esta, si bien no es fácil evitar que pesen en el ánimo de los investigadores e instructores.

'COMPRADA' EN CÓRDOBA. Aquel caso se inició en 2014, tras la denuncia de la desaparición de una niña de 12 años en Córdoba. La pequeña fue encontrada por la Policía en el domicilio que el sospechoso habitaba con su familia en Lugo. Las pruebas practicadas permitieron intuir que todo se trataba de un pacto entre familias para casar a los dos, siguiendo lo que entonces defendieron como una tradición rumana, nacionalidad de origen de todos ellos.

Durante el proceso seguido en 2014 quedaron patentes las carencias emocionales y sociales del chico, así como su falta de normas

Así, los padres de ambos menores habrían acordado el futuro matrimonio e incluso los progenitores del chico habían pagado 2.500 euros a los de la niña, que obligada a trasladarse con su prometido a Lugo y iniciar con él una relación similar a la matrimonial. El pacto acabó por convertirse en un infierno para la pequeña, que denunció posteriormente que le pegaban habitualmente, no la dejaban salir de casa, le habían retenido su papeles y que era obligada a mantener relaciones sexuales por el joven, en muchas ocasiones a base de golpes y violencia.

Pese a que se consideró que la relación entre ambos era análoga a la matrimonial, el juzgado de Menores desestimó todas las alegaciones de tipo cultural o étnico, y consideró injustificable tanto el supuesto pacto de matrimonio como el trato dado a una niña de 12 años. Declaró probado que el acusado era consciente de la ilegalidad que estaba cometiendo y lo condenó como autor de los delitos de abuso sexual y de maltrato habitual a la persona con la que decía mantener una relación de convivencia análoga a la matrimonial.

Al parecer, durante el proceso también quedaron al descubierto las alarmantes carencias emocionales y sociales del individuo, así como la ausencia de normas de comportamiento y de respeto al otro sexo que manifestaba. Por ello, el juzgado llegó a ordenar que recibiera educación en este sentido por parte de expertos terapeutas.

Imagen de los efectivos de rescate auxiliando a la joven. EP

DESDE EL ADARVE. Sería esta misma persona, aunque siete años mayor, la que en la noche del pasado sábado conoció en la zona de los vinos de Lugo a la víctima del actual caso, una joven transexual de 23 años que se había trasladado a Lugo hace algo más de dos. Según explicaron fuentes policiales, la chica habría explicado que tomaron unas copas por la Rúa Nova y que, avanzada la noche, decidieron subir al adarve de la muralla de mutuo acuerdo.

Cuando la pareja llegó a la altura de la Praza de Ferrol, según la versión de la víctima, el hombre se puso violento y la empujó con tal violencia que cayó desde unos doce metros hacia la zona interior, sobre la terraza de una casa. Allí permaneció largo rato consumida por el dolor de sus múltiples fracturas, hasta que un ciudadano pasó por el lugar en torno a las siete de la mañana y escuchó los gritos. Permaneció con ella, tranquilizándola desde arriba, hasta que llegó la Policía y los equipos de rescate, que tuvieron muchas dificultades para acceder al lugar y rescatarla.

La familia de la chica confirmó sus sospechas de que la supuesta reacción violenta del hombre pudo desencadenarse cuando supo que era transexual, aunque serán todos estos extremos los que ahora debe desentrañar la investigación. De momento, ella sigue en el Hula y él, en la calle, defendiendo que no subió con ella al adarve y que se enteró de que su identidad de género cuando la Policía le informó de que se había caído.