Uno de los acusados se niega a asistir a su juicio por la pelea

El cerebro de la red de sextorsión estaba citado a declarar como testigo pero no pudo al estar en Bonxe

Dos de los acusados de acuchillar a tres jóvenes el año pasado a las puertas de un pub del casco histórico de la capital lucense aseguraron ayer durante el juicio, que se está celebrando en la Audiencia Provincial de Lugo, que los agredidos fueron ellos. Un tercer procesado se acogió a su derecho a no declarar. A este lo señalaron dos de las víctimas y algunos de los testigos de la sangrienta pelea como el autor de las puñaladas.

La primera jornada de la vista oral discurrió con una situación inusual. El acusado que no declaró, Juan Carlos P.G., que se enfrenta a una solicitud de condena de la Fiscalía de 18 años de prisión en total por un homicidio en grado de tentativa y dos delitos de lesiones, pretendía renunciar a su abogada. Pero el tribunal no aceptó. Su presidente precisó que en la víspera ya le habían advertido de que no podía prescindir de su letrada «de un día para otro». El procesado dijo entonces que quería abandonar la sala. Los magistrados accedieron. El juicio continúa sin él -permanece esposado en otra sala porque está en prisión- y con la abogada ejerciendo su defensa.

La brutal pelea tuvo lugar en la madrugada del 18 de junio de 2017. Los hermanos Pablo David y Santiago Ariel G.C., de nacionalidad argentina, que afrontan una petición de 18 y 14 años de prisión, respectivamente, acudieron a un pub del casco histórico, tras asistir al concierto de rap que ofreció este último en un local de Marina Española. Se les unió Juan Carlos P.G., con el que se encontraron en la Praza do Campo.

Cuando estaban en el pub, el encargado les pidió a los hermanos que se marcharan porque estaban molestando a otros clientes. Ahí se inició un ligero forcejeo. Los jóvenes se fueron, pero, según el fiscal, regresaron al rato "armados con cuchillos de cocina".

VIDA EN PELIGRO. Entonces se originó una reyerta a las puertas del local. La peor parte la llevó una joven, cuya vida corrió peligro porque recibió una herida en el costado, a la altura de la axila. Sus amigos la llevaron a la silla de la reina hasta la Ronda da Muralla para que la evacuase una ambulancia al Hula.

Esta chica dijo que creía que había sido Juan Carlos P.G. quien la acuchilló porque cuando estaba intentando frenarle para que no agrediese a un amigo suyo sintió "un fuerte golpe en el pulmón".

"Pensé que le iban a matar. Le estaban dando patadas por todos lados cuando estaba en el suelo. Me metí en medio para que no le dieran en la cabeza", dijo la joven, que esa noche había salido de copas con sus compañeros de trabajo, tras celebrar una cena de empresa.

Su amigo aseguró que intentó desarmar a un joven que iba con la mano levantada empuñando un cuchillo. "No puedo reconocerlo. Pero vi que iba a apuñalar a alguien, no sé a quién", declaró.

La tercera víctima identificó tajantemente a Juan Carlos P.G. Dijo que vio como le asestaba un corte en la mano a su amigo cuando intentaba desarmarlo y que a él, cuando intercedió, le clavó el cuchillo en el hombro y se partió. Afirmó que no vio en cambio quién apuñaló a la chica.

De los otros dos acusados tanto víctimas como testigos aseguraron que golpearon a clientes, pero no que acuchillaran a alguien. Pablo David G.C. reconoció que esgrimió la "navajita" que usaba para preparar los porros para que no le acorralasen.

Cuando los acusados huyeron del lugar, un grupo de jóvenes persiguió a Pablo David G.C., que acabó seminconsciente tirado en la calle, a las puertas de otro pub, en medio de un charco de sangre con una brecha en la cabeza.

Durante esa segunda refriega, una joven que también se sienta en el banquillo de los acusados por un delito de lesiones -afronta tres años de prisión-, le produjo un profundo corte en el brazo con un vaso roto a un empleado de este otro pub que medió para que no agrediesen a Pablo David G.C. La procesada le abonó ayer 1.000 euros a esta víctima y le pagará otros 2.000 a plazos en 20 meses.

Uno de los testigos que estaba citado a declarar ayer, en la primera jornada del juicio por esta reyerta, era el cabecilla de la red de sextorsión desarticulada la semana pasada en Lugo, E.F.M., de nacionalidad argentina. No pudo asistir porque está recluido en la prisión de Bonxe. Su comparecencia se debía a que uno de los empleados del pub en el que trabajaba como portero recibió un corte en un brazo al intentar mediar en una riña posterior.

El cerebro de la red de 'sextorsión' estaba citado a declarar como testigo
Uno de los testigos que estaba citado a declarar ayer, en la primera jornada del juicio por esta reyerta, era el cabecilla de la red de sextorsión desarticulada la semana pasada en Lugo, E.F.M., de nacionalidad argentina. No pudo asistir porque está recluido en la prisión de Bonxe. Su comparecencia se debía a que uno de los empleados del pub en el que trabajaba como portero recibió un corte en un brazo al intentar mediar en una riña posterior.