Acusó a su exnovia de cometer un robo en su tienda de artículos de regalo, donde trabajaba como dependienta, y el caso acabó en el Penal 1 de Lugo con la mujer sentada en el banquillo de los acusados y enfrentándose a una condena de año y medio de cárcel. Sin embargo, las tornas cambiaron durante el interrogatorio de ambos y el fiscal retiró la acusación ante las constantes evasivas e inconcreciones del denunciante.
La acusación particular mantuvo su petición de condena, pero la jueza lo tuvo tan claro que dictó sentencia y absolvió a la mujer en el propio acto.
Las acusaciones mantenían que el 5 de mayo de 2016, sobre las diez de la mañana, la mujer forzó con un destornillador la cerradura de la puerta de entrada de la tienda en la que trabajaba -propiedad del denunciante, con el que supuestamente acababa de romper su relación sentimental- y se apoderó de varios artículos y de 700 euros en metálico. El hombre dijo en el juicio que «varios testigos» la vieron salir del establecimiento «con bolsas», pero a preguntas del fiscal y de la defensa no fue capaz de precisar qué artículos le faltaron ni cuando se dio cuenta del robo. Además, cuando le preguntaron la fecha en la que despidió a la mujer o por qué tardó un mes en denunciar el supuesto robo, el denunciante se limitó a decir: no lo sé.
La mujer, por su parte, explicó que abrió la verja con un destornillador porque a veces se atascaba, pero dijo que no forzó ninguna puerta. De hecho, le pidió un destornillador al dueño de una tienda próxima. «Me dijo que estaba atascada la verja y tenía que abrir el comercio. Yo le dejé el destornillador y me devolvió al poco rato», confirmó el hombre.
La letrada de la defensa explicó que el hombre despidió a su exnovia «sin entregarle papeles ni finiquito», por lo que la mujer presentó una demanda laboral. «Justo cuando el denunciante supo que le había puesto una demanda, que ganó ella, fue cuando la denunció por robo», dijo la abogada.
Venganza o no, la jueza no vio ninguna prueba contra la acusada y la absolvió.
