Se aceptan conejos, efectivo, un chófer, trabajos agrícolas...

Liñares, según la jueza, no parecía hacer ascos a ninguna forma de cobro y, además, lo anotaba todo

«Durante su mandato, como presidente de la CHMS», describe la jueza Pilar de Lara, «Liñares habría manipulando ofertas y precios, ocasionando con ello un perjuicio económico a la  administración Publica, al eliminar la posibilidad de que el contrato se pudiera haber adjudicado a la empresa que hiciera la oferta realmente más ventajosa, causando así un grave fraude a un ente público y, consiguientemente, al bienestar social y a la ciudadanía. Y todo ello, a cambio de la percepción de regalos de elevado importe, tales como botellas de Vega Sicilia, relojes, joyas, plumas, antigüedades y otras prebendas, así como de dinero y comisiones».

Y es que Liñares no parecía hacerle ascos a ninguna posibilidad. En el sumario se describen desde entregas de conejos, perdices y cabritos hasta la realización de trabajos agrícolas en varias de las fincas que posee, todas dedicadas al negocio forestal y que eran plantadas por algunas de las empresas adjudicatarias de obras.

En otro caso, por el que también le acusa la magistrada, disfrutó durante meses de un coche y un chófer puestos a su disposición por una empresa privada que trabajaba con la CHMS, pese a que como presidente tenía derecho a coche oficial. De Lara cree que utilizaba el otro para que sus idas y venidas no pudieran ser fiscalizadas. Además, la persona que hacía de chófer era de su total confianza: él mismo se había encargado de aconsejar a la empresa su contratación.

Pero es que, además, los investigadores se encontraron con una facilidad añadida: Liñares tenía  costumbre de anotarlo todo, por nimio que pareciera, y de guardar toda la documentación, con lo que el registro de sus domicilios se convirtió en un auténtico filón.