El joven acusado de violar a una menor en un garaje en la madrugada de Año Nuevo de 2020 se confesó este jueves culpable en la Audiencia Provincial de Lugo, un reconocimiento de hechos por el que la Fiscalía lucense rebajó su petición de 9 a 4 años de cárcel.
El chico –Camilo Ernesto D.A., de 28 años de edad– se mostró conforme con la nueva pena solicitada por la acusación, por lo que ya no fue necesario celebrar el juicio.
El ministerio público solicitó que el acusado sea expulsado a su país de origen (Colombia) cuando haya cumplido la mitad de la condena y que no pueda regresar a España en cinco años. El joven ingresó en prisión provisional al día siguiente de los hechos y continúa preso, por lo que ya lleva cumplidos un año y cinco meses.
Según el relato de la Fiscalía que reconoció el acusado, el intento de agresión sexual ocurrió sobre las cinco y media de la mañana del 1 de enero de 2020. El chico se cruzó con la menor en las inmediaciones de la Praza Maior y "aprovechándose del estado de intoxicación etílica y sumisión química en el que se encontraba", la dirigió a un garaje de la calle Jacinto Calvo Senador –entre la Praza de Bretaña y San Roque– "y allí, con ánimo lúbrico, la agarró por el cuello y le tapó la boca, situándose encima de ella mientras le quitaba la ropa y le pegaba en la cara para, a continuación, tocarle los pechos y la vagina".
El ministerio público señaló en su escrito que el joven intentó penetrar vaginalmente a la chica, "no logrando este propósito al llevar ella puesto un tampón" y también porque fue sorprendido por un testigo, que escuchó a la menor gritando: ¡No, por favor, no!, lo que puso en alerta al viandante. De hecho, el joven que escuchó los gritos y otros dos amigos se acercaron para auxiliar a la joven y corrieron tras el agresor, que intentó huir del lugar en cuanto los vio. El grupo logró alcanzar al joven y lo retuvo hasta que llegó la Policía Nacional y procedió a su arresto.
A consecuencia de estos hechos, la víctima sufrió lesiones consistentes en erosiones en la cara interior de ambas rodillas y otra pequeña erosión en la nariz, por lo que tuvo que recibir asistencia médica en el Hula.
SUMISIÓN. La analítica que se le practicó a la joven en el Instituto de Ciencias Forenses de la Universidad de Santiago de Compostela certificó el hallazgo de 2,4 ng/ml de escopolamina en su sangre. Se trataría, por tanto, del primer caso conocido en Lugo de una víctima de sumisión química.
Sin embargo, Camilo Ernesto D.A. no fue finalmente acusado por la fiscal de drogar a la víctima, ya que se cree que esta ya había sido drogada horas antes de que se encontrase por casualidad con el procesado y que, por tanto, no fue él quien le dio la sustancia, posiblemente mezclada con bebidas alcohólicas. La Fiscalía de Lugo sí concluyó en cambio que el procesado se aprovechó del estado en el que estaba la víctima, "con intoxicación etílica y objeto de sumisión química".
El joven fue traslado este jueves a la Audiencia desde la cárcel de Bonxe, donde ingresó tras su arresto