Unos 600 restaurantes pueden abrir desde este viernes hasta las once en Lugo

Suponen menos de la tercera parte del total de establecimientos de hostelería de la provincia, en la que siete de cada diez son bares
Nicolás Vázquez, gerente del restaurante Campos. XESÚS PONTE
photo_camera Nicolás Vázquez, gerente del restaurante Campos. XESÚS PONTE

Un total de 606 establecimientos de hostelería con licencia de actividad de restaurante en la provincia —según los últimos datos del Instituto Galego de Estatística, del año 2018—, podrán abrir, desde este viernes, hasta las once de la noche y ofrecer cenas en sus locales a los clientes siempre bajo reserva previa. Estas nuevas condiciones entraron en vigor la pasada madrugada, a partir de las cero horas, y se enmarcan dentro del Plan de Hostelería Segura, puesto en marcha por la Xunta y modificado a raíz de una reciente orden publicada, el pasado miércoles, por la Consellería de Sanidade en el Diario Oficial de Galicia.

La ampliación de la apertura hasta las once de la noche solo afectará a los negocios que tengan licencia de actividad económica de restaurante, que suponen apenas la tercera parte del total de 2.219 establecimientos de hostelería que hay en la provincia, donde siete de cada diez negocios disponen de licencia de bar o cafetería aunque también sirvan comidas. En esos casos —que son la gran mayoría— los establecimientos deberán seguir cerrando a las nueve, como se vino haciendo últimamente.

Los restaurantes que se acojan a la ampliación de horario deberán, además, llevar un registro de los clientes que acudan a cenar, quienes deberán facilitar su nombre, DNI y teléfono al establecimiento, que custodiará estos datos durante un mes con el objetivo de facilitar al Sergas el seguimiento de contactos ante posibles casos positivos en el restaurante en cuestión.

Otro requisito —que no será de obligado cumplimiento hasta el próximo día 23— es la incorporación al local de un medidor dióxido de carbono, que alerte de la necesidad de ventilar el local en cuanto se supere el valor máximo de concentración, 800 ppm.

Pese a no ser todavía obligatorio hoy, muchos hosteleros se lanzaron ya a adquirir el aparato, cuyo coste oscila entre los 75 y los 596 euros, dependiendo del modelo, según varias empresas consultadas, que están recibiendo una avalancha de solicitudes. Entre estas empresas, está la monfortina Infocopy, que llegó incluso a atender a unos clientes de Guipúzcoa en busca del ansiado medidor.

"Lo empezamos a sacar al mercado el miércoles, cuando salió la orden, y se está vendiendo muy bien. Nos llaman de todos los sitios, incluso de Guipúzcoa. Esto está siendo una avalancha porque, aunque todavía no es obligatorio, los dueños de los restaurantes ya los quieren incorporar a sus negocios para dar más seguridad a los clientes", afirma Jesús Paz, gerente de esta empresa, que vende artículos de informática.

Uno de los negocios que ya estrenarán hoy el medidor será el restaurante Campos, que hizo acopio de cuatro aparatos, uno para cada planta. Nicolás Vázquez, el gerente del negocio, ve la ampliación de horario con ilusión. Sin embargo, no muestra mucha confianza en que se mantenga durante mucho tiempo. "Nosotros tenemos alguna reserva pero, sinceramente, no tengo mucha confianza en que este horario continúe durante mucho tiempo. Creo que todavía no es el momento de abrir, se debería esperar algo más porque si luego hay que volver a cerrar es peor. Nosotros vivimos de las cenas pero sería más partidario de que, quizás, se ampliase más tarde el horario, el 1 de julio, por ejemplo, y se esperase un poco más", comenta Nicolás Vázquez.

Otro local que también contará ya, desde este viernes, con el medidor de dióxido de carbono es la parrillada Nova Lucense. "Ya lo colocamos hoy [por el jueves] y nos dio una medición de 450 ppm con el local cerrado. A partir de los 800, se le enciende una luz roja", afirma Oliveros Fernández, el gerente.

Este hostelero espera que la ampliación horaria sea un revulsivo para el sector. "Ya era hora de que nos dejasen abrir hasta las once porque, hasta el momento, no hacíamos cenas. Aquí estamos acostumbrados a cenar a partir de las nueve. Nosotros servimos comida a domicilio a través de la plataforma pasioncarnivora.com y eso ayudó pero todavía tenemos a dos personas con Erte y las ventas se redujeron, desde la pandemia, a la mitad", afirma.

Oliveros Fernández recibió ayudas de la Xunta, del Concello y ahora está pendiente de otra del Estado. Sin embargo, asegura que todas ellas no son suficientes para cubrir los gastos mensuales.

"O novo horario é insuficiente, ninguén vai cear ás 21.30 horas"

El propietario del restaurante O Cabuxo, de Muimenta, en Cospeito, no se ha mostrado especialmente satisfecho con las nuevas medidas de alivo de las restricciones al entender que la ampliación del horario es "insuficiente".

"Se ampliasen unha hora máis, ata as 12, aínda, pero así, neste contexto, ninguén vai cear ás 21.30 horas cando ten que estar antes das 23.00 na casa", dice, recordando que desde el inicio de la pandemia ya no se sirven cenas, aunque ellos ofrecen para llevar pizzas, hamburguesas o bocadillos.

"Moitos dos nosos clientes son gandeiros que rematan de ordeñar ás dez ou dez e media da noite, para a xente do rural estes horarios son inviables", añade, recordando que en su caso buena parte de la actividad estaba ligada también al ocio nocturno de la discoteca Hermo.

"Con ampliar unha hora non chega, moita xente tamén asocia ir cear con aproveitar despois o ocio nocturno, mentres non se recupere iso, vai ser complicado", añade Maseda, asumiendo que tendrán que seguir "sobrevivindo con 40.000 medidas e con escasa rendabilidade".

"O de rexistrarse co nome, o DNI e o teléfono non sei como se asumirá"

En Escairón, la capitalidad del ayuntamiento de O Saviñao, el restaurante Os Campeliños, muy conocido en toda la Ribeira Sacra, está preparado para afrontar los nuevos cambios impuestos por las normativas anticovid-19. Las dudas de su propietario, Santi Rodríguez, residen en cómo lo verán los clientes.

"Van ter que pedir cita previa, o cal é perfectamente entendible. Pero o de rexistrarse co nome, o DNI e o teléfono... Non sei como se asumirá", indica el hostelero, quien advierte de que a partir de las 21.00 horas "teremos o bar pechado, só atenderemos as reservas".

En Os Campeliños ya colocaron bajo el televisor del comedor el medidor de CO₂. "Se é tan útil, por que non mandaron poñelo antes? Así xa teriamos comezado a funcionar doutro xeito", critica el dueño del establecimiento al tiempo que valora la sensibilidad del aparato, que permite reaccionar muy pronto en caso de tener que ventilar.

Santi Rodríguez señala, por otra parte, que el sector al que pertenece está "moi enfadado" y añade que las modificaciones constantes en la normativa "son unha tomadura de pelo". Aun así, asegura que su restaurante está xa adaptado".

"Todo alivio é benvido, imos aproveitar estas dúas horas máis"

Chus Rivas, cogerente del hotel y restaurante burelés Palacio de Cristal junto a su hermana Mar, considera que todas las medidas que alivien la restauración "son benvidas, hai que adaptarse o mellor posible a todo o que vaia vindo" y tratarán de aprovecharlas dentro del cumplimiento estricto de las normas. "Nós, ao ser tamén hotel, xa podiamos darlle a cea aos nosos hóspedes, pero agora teremos a posibilidade ademais de ter dúas horas máis por diante para a clientela. Como traballamos o reparto a domicilio percibimos que moita xente pide a súa cea cada vez máis cedo. Parece que van cambiando os costumes pouco a pouco e no restaurante tamén pasa o mesmo", dijo.

La propietaria del Palacio de Cristal también se refirió a la cita previa, obligatoria a partir de ahora para las cenas, como "algo que tamén se está convertindo en habitual". Y explica que "unha porcentaxe moi alta da clientela chama antes por cuestións de aforo; é verdade que o noso local ten moita capacidade, pero aínda así case todo o mundo avisa", señaló, añadiendo también que ya compraron el medidor CO₂ y que hoy ya lo tendrán instalado.

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