La terapia génica y la inmunoterapia están comenzando a ganarle la batalla al cáncer en muchos pacientes de Lugo, según las estimaciones que, desde el servicio de Oncología del Hula, hace Begoña Campos, especialista en el tratamiento de melanomas y tumores de pulmón y génito-urinarios, que dio este miércoles una charla en el Colegio Médico sobre esta enfermedad.
El estudio genético del tumor en los cánceres de pulmón, mama, colon y melanoma permite diseñar una terapia dirigida exclusivamente a los genes de estas células malignas que, hasta el momento, demostraron su capacidad para acabar con ellas —de ahí su eficacia— sin dañar las células sanas pero, en cambio, no logran curar la enfermedad, solo la cronifican.
"Es un tratamiento que se da en pastillas contra las células malignas y no daña las buenas, como ocurre con la quimioterapia. Este tratamiento responde bien al principio de la enfermedad, pero no cura porque las células con el tiempo se van haciendo más resistentes. Por lo tanto, tenemos que acabar complementándolo con quimioterapia o con inmunoterapia, otro tratamiento novedoso que estimula los linfocitos para que te defiendan del tumor", explica Begoña Campos.
Oncología atendió el último año 1.200 casos nuevos
Según la oncóloga, el tratamiento actual del cáncer se basa, sobre todo, en cronificar la enfermedad y personalizar la terapia adaptándola a cada paciente. "La inmunoterapia funciona bien pero solo en una tercera parte de los casos. Cuando va bien, es un tratamiento muy bueno porque nuestras células de defensa tienen memoria y continuarían, a lo largo de toda la vida, identificando las células malignas combatiéndolas. Actuarían como con las vacunas. De hecho, se está viendo a pacientes que llevan dos o tres años con esta terapia y siguen con vida a los seis años", afirma la doctora.
Pese a las nuevas terapias, la quimio sigue teniendo su peso en el tratamiento. Un temor que hay ahora entre médicos y pacientes es que estos fármacos "muy baratos" —apostilla la oncóloga— pasen a no tener interés para la industria farmacéutica y comiencen a escasear por el bajo beneficio económico que dejan frente a la inmunoterapia o los tratamientos génicos diana, "que son, por así decirlo, 100.000 veces más caros". "Aun así, esperemos que, si se diese el caso, el ministerio de Sanidad haga algo para evitar que se produzcan desabastecimientos pues sería un problema de salud pública", dice Begoña Campos.
