Fue en el número 28 de la calle Perpetuo Socorro y ocurrió ayer, pasadas las tres de la tarde. Los propietarios de una vivienda se vieron sorprendidos por una visita inesperada: la de una familia de okupas que, llave en mano, pretendía entrar en su propia casa e instalarse a vivir en ella.
Los dueños del piso, un bajo, no daban crédito a lo que estaban viviendo. Se habían desplazado adrede hasta la vivienda, que está deshabitada, dado que el día anterior, sobre las siete de la tarde, esta misma familia, de etnia gitana, había intentado instalarse en la casa tras, supuestamente, derribar la puerta, según varios vecinos, que llamaron al 112.
Mujeres de negro y varios niños
Los vecinos desconocían la familia de okupas pero, en cambio, comprobaron que sumaban una decena de personas entre las que había varias mujeres vestidas de negro.
«Eran mujeres que vestían totalmente de negro, de la forma tradicional gitana. También había varios hombres. Entre unos y otros, podía haber diez personas. Los hombres eran los que manejaban la cerradura para poder entrar», aseguraba otra mujer de la misma calle que vio el revuelo.