El parque móvil lucense envejece. Los conductores apuran la vida de los recambios. La caída de los ingresos debido a la crisis provoca que sean más descuidados con el mantenimiento de sus turismos. Esa es una de las causas que está detrás de que unos 50.000 vehículos circulasen el año pasado por la provincia con defectos mecánicos «graves o peligrosos», según puso de manifiesto el director de la estación de ITV del polígono de O Ceao, José Santos.
Ese elevado número de vehículos que debe pasar por el taller para corregir sus deficiencias, con el fin de volver a ser aptos para circular y dejar de entrañar un riesgo para la seguriad vial, supone uno de cada cuatro de los que realizaron la inspección obligatoria.
Si un conductor es sorprendido circulando en un vehículo con la ITV caducada, aunque solo sea al día siguiente de acabar el plazo para renovarla, se enfrenta a una sanción de 200 euros. La misma cuantía que le impondrán si le pillan con la inspección desfavorable. En ambos casos el importe de la multa queda reducido a la mitad, 100 euros, por pronto pago, es decir, si la abona antes de los 20 días naturales desde la notificación de la denuncia. Hace años acarreaba además la retirada del permiso de circulación.
