La Audiencia Provincial de Pontevedra vivía ayer su sexto intento de juzgar a una banda de proxenetas por un caso del año 2000. Y, una vez más, tuvo que aplazarse, en parte al dar señales de vida la principal testigo, una mujer a la que las autoridades habían perdido la pistas desde 2003 pese a tener la condición de testigo protegida.
Entre los siete acusados están el dueño del Queens y principal imputado en la operación Carioca, José Manuel García Adán, y otros viejos conocidos de la Justicia, la banda que dirigía el prostíbulo O Pazo y que fue juzgada en su momento por la Audiencia de Lugo: Manuel Ulloa Manteiga, alias El Melenas; José Isolino Rico Chorén, El Pelao, y Manuel Manteiga Rodríguez, El Increíble. El Melenas y El Pelao están en paradero desconocido desde que en 2004 fueron condenados en Lugo a 34 años de prisión por delitos relacionados con la prostitución. El Increíble también fue condenado en primera instancia, aunque luego fue absuelto por el Tribunal Supremo; no obstante, hace un par de semanas volvió a ser detenido por orden del juzgado de instrucción 1 de Lugo dentro de un caso de blanqueo de dinero procedente de la prostitución, por lo que se encuentra en libertad con cargos.
Todos ellos -junto con Ana Milena Gómez, Manuel Antonio Ferreiro y Carlos Varela- están acusados por la fiscalía pontevedresa de formar una organización que se dedicaba a captar mujeres en Sudamérica para obligarlas a trabajar en la prostitución en Galicia. Una de las supuestas víctimas era la testigo principal, tras haber estado trabajando en el club Oasis de Pontevedra -cuyo encargado en 2000 era García Adán y cuyo propietario sería El Increíble-, en el club O Pazo de Lugo -dirigido por El Melenas y El Pelao- y en el Keops de Ourense.
Pese a tener la condición de testigo protegida, las autoridades habían perdido su pista ya en 2003, por lo que el fiscal, Augusto Santaló, había decidido seguir ayer adelante con el juicio y leer su declaración, ya que ella no podía prestar testimonio en sala. Sin embargo, y según explicó el propio fiscal, ayer por la mañana se recibió una llamada en la Audiencia Provincial de Pontevedra en la que una mujer se identificó como la testigo en cuestión y le dijo que quería testificar porque se había enterado del juicio por la prensa, aunque estaba fuera de Galicia y no le era posible llegar en el día.
«Dijo que tenía miedo y que estaba escapada, pero que quería testificar», confirmó el fiscal, «fue una auténtica sorpresa para el tribunal y para los letrados de la defensa». Ante esta situación, el tribunal decidió iniciar el proceso, tomar declaración a los acusados y aplazar hasta el próximo 20 de marzo las declaraciones de los testigos.
Por supuesto, El Melenas y El Pelao no se presentaron porque siguen en busca y captura. El resto de acusados negaron todas las acusaciones e insistieron en que en ningún momento se engañó ni se presionó a la denunciante para que ejerciera la prostitución ni se le retiró la documentación para impedir su huida.
Por lo que respecta a García Adán, señaló que su única función era la de encargado del club Oasis, un mero empleado, y que ni siquiera estaba dado de alta. Se da la circunstancia, además, de que este supuesto proxeneta ya había sido absuelto de una acusación similar dentro de este mismo procedimiento en un juicio celebrado en el Penal número 1 de Pontevedra.
En la misma línea, Manuel Manteiga, El Increíble, delegó cualquier responsabilidad respecto a lo que pasaba en el Oasis en su entonces esposa, que no está imputada en la causa. Según él, cuando decidieron separarse la mujer se quedó con la gestión de ese burdel y él con la de otros.
La idea de la Fiscalía es que también prestaran ayer testimonio las otras dos mujeres que figuran como testigos, pero las defensas se opusieron para que la testigo protegido reaparecida no se viera contaminada por dichas declaraciones. El juicio continuará el día 20 de marzo.
