Una tesis data vides en el siglo XVII gracias a los retablos

La tesis que defendió este martes en la Escuela Politécnica Superior de Lugo la ya doctora Pilar Gago Montaña  muestra la presencia de variedades de vid específicas en determinadas zonas gracias a su presencia en retablos barrocos de las iglesias y edificios religiosos enclavados en ese área. De este modo, se tiene evidencia del cultivo de esas variedades ya en el siglo XVII, cuando hasta ahora no se conocía de su existencia antes del siglo XIX.

La tesis —titulada 'Descripción ampelográfica y molecular de variedades de vid (Vitis vinfera L.) del norte y noroeste de España y comparación de sus hojas y racimos con los que aparecen representados en los retablos barrocos de esas mismas zonas vitícolas'— fue dirigida por María del Carmen Martínez y José Luis Santiago, del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). La investigación es el resultado de cinco años de trabajo y obtuvo la calificación de sobrasaliente cum laude.

En el estudio se utilizaron 23 variedades antiguas de zonas vitícolas de Galicia y Asturias. aunque muchas de ellas aún siguen teniendo mucha presencia en estas áreas. Aquellas variedades que ya casi no se cultivan se mantienen en la colección de la Misión Biológica de Galicia, a la que pertenecen los investigadores. Entre ellas se cuenta el caso de la variedad Albarello, en la zona productora de Amandi, en la Ribeira Sacra, que existió también en Valdeorras y que en la actualidad está prácticamente extinta pero que hace siglos debió de estar mucho más extendida porque se encontró en un retablo de esa área.

También se localizaron, entre otras, la variedad loureira en el Rosal, que aparece en un retablo de Tui; o la tinta castañar, también del Rosal. Los resultados demuestran que los artesanos tomaban como modelo las plantas autóctonas.

El estudio consistió en una primera fase en la que se describieron minuciosamente las hojas y racimos de cada variedad desde múltiples puntos de vista, y después comenzó una fase en la que se realizaron visitas y se tomaron fotografías de los retablos para poder establecer comparaciones y detectar aquellas variedades que aparecían reproducidas.

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