Una pareja con dos hijos vive en una caravana por no poder pagar un piso

José Antonio y Lourdes, con el único radiador con el que afrontan el invierno. (Foto: Sebas Senande)
photo_camera José Antonio y Lourdes, con el único radiador con el que afrontan el invierno. (Foto: Sebas Senande)

Lourdes y José Antonio compraron hace un tiempo, por solo 100 euros, una caravana vieja, de unos 12 metros cuadrados y «medio rota», dicen, para usarla como remolque de su vehículo. Solo unos meses más tarde, tuvieron que recurrir a ella para buscar un refugio en el que poder vivir tanto ellos como sus dos hijos, de 12 y 5 años, al quedarse ambos miembros de la pareja en paro -José Antonio, de 52 años, trabajaba en la madera y Lourdes, de 45, era cocinera- y no poder pagarse un alquiler. Así llevan ya ocho meses, desde julio, cuando Lourdes tomó la decisión de despedirse de su casera por no poder asumir ya el coste de la renta.

«Antes vivíamos en un piso de alquiler en el barrio Feixoo. Trabajábamos los dos. No ganábamos grandes sueldos pero sí llevábamos una vida normal, como los demás. Teníamos un coche, una casa (aunque fuese alquilada) y trabajo. Ahora, todo se fue para el charco», se lamenta Lourdes.

EL INTERIOR
La lluvia se cuela por el techo y ahora se refugian dentro de un garaje en Rubiás

El invierno no pasa en balde por la caravana. Las intensas lluvias abrieron goteras en el techo, que fue tapado con un mantel de plástico. Esta situación los obligó a cambiar de ubicación: pasaron de vivir en A Croa, donde se habían asentado con la caravana, al interior de un garaje en Rubiás. «Los niños los enviamos a casa de una amiga mientras no arreglamos la caravana y nosotros seguimos aquí», dicen.

Dos camas, una cocina, un televisor, una nevera y un radiador conforman el único mobiliario de la roulotte, de unos 12 metros cuadrados.

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