Una jornada inolvidable en el picadero

Jóvenes con síndrome de Down, en la sesión de equinoterapia. (Foto: Xesús Ponte)
photo_camera Jóvenes con síndrome de Down, en la sesión de equinoterapia. (Foto: Xesús Ponte)

A Carlota, Sergio y Alberto les costará olvidar la jornada que vivieron ayer. Era la primera vez que estos tres adolescentes lucenses con síndrome de Down montaban a caballo. Los corceles Guinda, Furia y Nerón fueron sus inseparables compañeros de fatigas.

«Estaban emocionadísimos» cuando se bajaron de sus monturas, comentó Alberto López, uno de los monitores que les acompañó. De regreso a casa incluso una de las madres no daba crédito a que su hijo se hubiese atrevido a pasear a caballo.

Nueve jóvenes de entre 13 y 16 años de edad que forman parte de la Asociación Síndrome de Down de Lugo fueron los primeros en participar en estas sesiones de equinoterapia, organizadas por el Concello para personas con carencias sensoriales, que se celebran en el club hípico Equs de Rubiás.

Durante media hora cada adolescente pudo acariciar, cepillar y montar a caballo, al mismo tiempo que apreciaba la docilidad de estos animales.

Cada vez que los jinetes pasaban por delante de las gradas a lomos de su corcel sus compañeros que esperaban turno les aplaudían y jaleaban.

Si para Carlota, Sergio y Alberto fue su primera experiencia, los otros seis ya habían montado más veces e incluso cuatro de ellos, Carla, Fátima, Isabel y Adrián, participaron, a través de su asociación, en un campamento de equitación en Carriegos (León). Fueron dos semanas de convivencia con jóvenes que no tienen sus capacidades mermadas.

Los responsables del club Equs, que lleva varios años realizando sesiones terapéuticas de equitación, destacaban ayer que este tipo de jóvenes se «desinhiben» y «dejan de encerrarse en sí mismos» cuando trabajan con caballos.

Aseguran además que las madres de personas con problemas de movilidad también les comentan que notan «mejorías físicas» en sus hijos.

Próximas visitas

La Asociación Síndrome de Down abrió ayer el fuego de esta actividad promovida por la concejalía de bienestar social e igualdad. El jueves de la próxima semana le tocará el turno a la asociación de daño cerebral Adace, que acudirá con cinco participantes.

La última cita será el día 30 de este mes, a la que está previsto que asistan representantes de otras dos asociaciones, seis miembros de la de trastorno del espectro autista Raiolas y siete más de la de ayuda a enfermos mentales Alume.

Los beneficios que se le atribuyen a este tratamiento terapéutico con caballos, según informó este departamento municipal, son, entre otros, «axudar a superar os medos, favorecer a autoestima e o control emocional, fortalecer a musculación e mellorar o equilibrio, traballando a área lúdico-social».

«Para nenos ou para adultos, con problemas físicos, neurolóxicos ou psicolóxicos, a equinoterapia mellora a súa resposta. A psicoloxía adaptada á equinoterapia converteuse nunha actividade terapéutica cada vez máis valorada» destacan desde la administración local.

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