Una clínica para salvajes

Situado a orillas del río Mera, el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de O Veral recogió en 2008 menos animales heridos que en 2007, pasando de 284 ingresos a 243. La mayor reducción se dio entre los heridos de bala que, causados por cazadores, son uno de los principales problemas para la fauna lucense de la zona. Por el contrario, este año aumentaron los abandonos de tortugas de Florida. En este sentido, el capataz del centro, José Luis Pena, subraya que la gente compra una mascota exótica desconociendo sus cuidados y advierte que "las tortugas pueden llegar a pesar muchos kilos y es necesario limpiarlas todos los días, cosa que los niños no hacen".

Otra víctima de la falta de información es una iguana, encontrada en Viveiro, que "posiblemente se escapó de los dueños". José Luis indica que, para sobrevivir, este reptil precisa de "mucho calor y lámparas que reproduzcan la luz solar".

Las culebras también visitaron el centro, que acogió a una pitón golpeada y otra de collar muerta junto con una viperina hallada en un garaje que consiguió curarse. Además, hubo murciélagos o alacranes y otros años llegaron a tener loros y monos. Como curiosidad, hace un mes entró por vez primera un búho real que, desgraciadamente, falleció poco tiempo después de su llegada al centro.

Las aves son las principales víctimas de los disparos descontrolados en la temporada de caza que este año disminuyeron por "una mayor concienciación del cazador", según indica José Luis.

En concreto, de las cinco heridas de bala que hubo en 2008, cuatro eran águilas ratoneras. Para el capataz, el delito es grave pues afecta a la supervivencia de esta especie cuya desaparición "rompería la cadena natural causando problemas medioambientales". Por eso, este tipo de incidentes están legalmente sancionados si son vistos por cualquier agente de la autoridad.

Como solución, el responsable del centro recomienda más información y comenta como caso paradigmático la entrega en el centro de crías de corzos aparentemente abandonadas. José Luis explica que "la madre escapa de un posible ataque pero vuelve a por el pequeño. La gente desconoce este comportamiento y rescatan antes de tiempo a las crías". Su presencia en O Veral requiere cuidados muy específicos pues "mueren por estrés y es muy difícil devolverlas a la madre en su entorno natural".

Protocolo
El capataz, responsable del centro junto con José Luis García Castelao, tiene un protocolo de actuación que se repite en todas las incidencias. En primer lugar, el animal malherido llega al centro transportado por un agente de la autoridad. A continuación, se abre una ficha con su peso, temperatura, sexo y lugar donde fue hallado junto con los datos de la persona que lo encontró. Si su estado es grave, es atendido urgentemente en el Hospital Clínico Veterinario Rof Codina. Allí tratan todos los casos e indican los cuidados necesarios que, luego, llevan a cabo los dos capataces del centro.

De este modo, la principal tarea de José Luis, que realiza con vocación, es darles el alimento y la medicación precisa para facilitar su recuperación. Una vez curados, los animales se devuelven al lugar donde fueron localizados con el fin de su correcta integración en su hábitat. Por eso, Pena apunta que "no se deben amansar ni domesticar, manteniendo la distancia". No obstante, las tortugas, la iguana y otros animales se mantienen en el centro hasta que se entregan en adopción o se les encuentra una salida adecuada. Así, monos y loros fueron donados a zoológicos y reservas naturales.

Frente al descenso de los disparos, las principales causas de las heridas en 2008 se debieron a "los atropellos en la carretera y los golpes que suceden contra alambradas o en los primeros vuelos de las aves", tal y como explica José Luis. Las especies que llegan al centro varían en función de la temporada del año y en verano son frecuentes las aves migratorias mientras que en primavera abundan las caídas de nidos.

Actualmente, O Veral acoge a un total de 45 accidentados, de los cuales 17 son aves rapaces, dos cornejas y el resto son mayoritariamente tortugas. En estos momentos, en las dependencias no hay ningún mamífero aunque es habitual contar con la presencia de corzos y jabalíes. 


TORTUGAS. Capaces de sobrevivir en el río.
Las tortugas de Florida se adaptan a la vida en el río Mera, lo que podría causar problemas medioambientales a largo plazo pues se desconoce el impacto de su presencia en la fauna y flora lucense. Al centro también llegan especies autóctonas conocidas como las galápago leproso.


CÁRABO COMÚN. El cazador cazado
En la actualidad, el Centro de Recuperación de O Veral acoge a tres cárabos comunes heridas. Estas rapaces nocturnas viven en el interior del bosque, dato que las diferencia de las lechuzas que prefieren habitar casas viejas, iglesias o desvanes. Otra característica de estos animales es que son buenos cazadores de ratones, los cuales constituyen su principal alimento.


IGUANA. La única mimada
La iguana del centro de O Veral (en la foto, con José Luis Pena), hallada en la zona de Covas en Viveiro, es el único ser consentido del centro porque el futuro de este reptil es incierto y se desconoce cuál será su mejor destino. El resto de los animales salvajes serán devueltos a su entorno natural donde, de nuevo, se integrarán sin problemas de adaptación. (Fotos: Xesús Ponte)

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