Un ministro de cañas

El flamante Ministro de Fomento se ha tomado sus primeras birritas estrenando cargo en Lugo, cosa que es de agradecer.

Desconozco qué zona le gusta más a Blanco para trasegar una par de Estrellas, pero les diré una de las que más me gustan a mí que, ya es casualidad, se trata de las islas y A Ponte. No sé si Blanco la conoce, por si acaso empeño mi palabra en lo siguiente: el primer verano que tengamos el nuevo puente, está invitado a una ronda.

Para conseguirlo sólo tiene que darle algo de vidilla, si me permite la expresión, al proyecto, porque a este paso Estrella Galicia va camino de ser Nietos de Rivera.

Con las cañitas vinieron, a modo de tapa, las primeras declaraciones del nuevo Blanco que ponen de manifiesto una transmutación en el otrora lenguaraz azote popular, ahora en tránsito hacia la moderación y el buenrrollismo:  “Uno tiene que hablar con conocimiento y todavía no he tomado el pulso del Ministerio, por lo que no puedo adquirir aquellos compromisos que no pueda cumplir".

Vale. Claro que lo de hablar con conocimiento ha de aplicarse a los ministros, a los peones de la construcción e, incluso, a los Secretarios de organización del PSOE, ¿o no?

Así que no está de más recordar unas declaraciones de Blanco en su vida anterior, concretamente  en un acto en Cervo en junio de 2008: “Hay un compromiso para que en Galicia se pueda circular en AVE en el 2012 y aseguro que se circulará en AVE en esa fecha”.

Me surge la duda  sobre la proporción entre el conocimiento y la cara, o el desconocimiento y el descaro, como prefieran.

No me parece mal que la gente cambie, lo que sucede es que, para ser creíbles, se precisa cierta transición. Podemos disentir sobre la duración del tránsito, no digo yo que tenga que ser como el de Verstrynge en el PSOE que a día de hoy sigue sin ser aceptado, ni tampoco como el de Leiceaga en el mismo partido, que entró con rango de capitán general.

Pero Blanco más que ministro parece que se haya hecho budista. ¡Vaya cambio! La verdad, me cuesta creerlo a pesar de estar escribiendo esto el domingo de Resurrección.

En todo caso a Lugo le vendrá bien tener un ministro, y le vendrá bien precisamente por las cañas. Don José, cuando deje de ser ministro, querrá seguir tomándolas y no le gustará que los lucenses le afeemos su poco apego a la tierra.

Sólo por eso seguro que hará un esfuerzo para con Lugo, bueno, por eso y por colocarse lo mejor posible para disputarle a Feijóo la presidencia de la Xunta en 2013. Mira que si se pican y se lían a hacernos obras, igual tenemos suerte.

Comentarios