Un lutier flamenco en Mazoi

Santiago, en su taller de Mazoi. Foto: J. VÁZQUEZ
photo_camera Santiago, en su taller de Mazoi. Foto: J. VÁZQUEZ

Las guitarras que alegran las fiestas de muchas familias gitanas en España salen de un taller lucense. El de Santiago Cortiñas, ‘Kiko’, que hace un par de años decidió recuperar los conocimientos de lutier que adquirió hace cerca de veinte años en Madrid y se puso a fabricar instrumentos. Lleva más de cien, asegura.

Santiago Cortiñas -Kiko, para la comunidad gitana lucense- se dedica al mercadillo por las mañanas. Instala su puesto de ropa en Frigsa y en ferias de numerosas localidades, pero por las tardes aparca el furgón y se recluye en su pequeño taller de Mazoi para dedicarse a lo que realmente le gusta: hacer guitarras. Aprendió el oficio hace un par de décadas en Madrid, con un lutier que le enseñó las claves para que una guitarra suene bien. «Guitarras hace cualquiera, pero que suenen...», dice.

La vida le llevó por otros derroteros, pero el «gusanillo» de la música seguía dentro y hace un par de años decidió recuperar lo aprendido. Empezó a comprar material -«sin herramientas no hacemos nada», declara- y a componer guitarras para amigos. «De una boca se iba a la otra», explica, y detrás de un encargo empezó a llegar otro. Porque solo trabaja a demanda.

No lleva la cuenta de las guitarras que ha hecho ya, pero asegura que superan ampliamente el centenar. Casi ninguna se ha quedado en Galicia, una tierra que aprecia poco el flamenco, lamenta. Los pedidos llegan de lugares como Madrid, León, Burgos, Sevilla, Málaga, Jaén... tanto de familias donde la música está muy presente a intérpretes profesionales, aunque no muy conocidos, afirma..

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