Un estudio revela que la osteoporosis en Lugo está infradiagnosticada

Grupo de ancianos, en una residencia (Foto: Pepe Álvez / AEP)
photo_camera Grupo de ancianos, en una residencia (Foto: Pepe Álvez / AEP)

Las fracturas de cadera relacionadas con la osteoporosis crecieron un 32% en la pasada década entre la población del área sanitaria de Lugo, donde esta enfermedad está infradiagnosticada, según revela un estudio. Así, si en 2001 eran 246 las personas que sufrieron una (195 mujeres y 51 hombres), en 2010 llegaron hasta 333 (242 mujeres y 91 hombres). Aunque los datos evidencian un incremento de las fracturas de cadera, estas llegan más tarde. La edad media de los afectados subió 5 años en ese mismo periodo, pasando de 70 años de media a 75.

Un estudio -coordinado desde el Hula y publicado en Cadernos de Atención Primaria bajo el título ‘Características Epidemiológicas de los pacientes en tratamiento antioesteoporético del centro de salud de Sarria’- revela un infradiagnóstico de esta patología. «Hay una serie de población que se nos escapa, mujeres en una franja de edad, de 55 a 65 años, entre las que se podrían evitar las fracturas», destacó el reumatólogo del Hula Carlos García Porrúa, uno de los redactores del trabajo, junto a los médicos de Familia Jonatan Miguel Carrera y María Esther Varela Prado y el traumatólogo Manuel Bravo Pérez.

De hecho, el documento concluye que la prevalencia de pacientes en tratamiento para la osteoporosis es baja y que el perfil es el de una mujer de edad avanzada y con fractura previa. En general el diagnóstico llega tras la fractura y, con él, el tratamiento.

De igual forma, también detecta un escaso diagnóstico de la enfermedad entre los pacientes varones. De los 1.497 que integraron el estudio -todos mayores de 45 y a tratamiento por osteoporosis- solo uno era un hombre. Se trata de una enfermedad mayoritariamente femenina, en la que la prevalencia en hombres es cercana al tercio de la femenina, ya que está relacionada con la pérdida de estrógenos tras la menopausia.

El doctor García Porrúa explica que el estudio realizado en el centro de Sarria expresa la importancia de implantar una política preventiva en lo que se refiere a esa enfermedad para evitar su consecuencia más aguda, que es la fractura. «Con una encuesta básica podríamos hacer un ‘screeening’ de pacientes y detectar cuáles deberían ponerse a tratamiento antiosteoporótico», dijo.

En la actualidad ya se cuenta con la herramienta FRAX, que permite, a través de una serie de indicadores, calcular la probabilidad de que la paciente sufra alguna de las fracturas oteoporóticas más importantes (vertebral, antebrazo, cadera u hombro) en el plazo de diez años.

El sedentarismo, algunos tratamientos farmacológicos o el consumo de alcohol o tabaco constituyen factores de riesgo de la enfermedad. En el caso de la población estudiada en Lugo, apenas los presentaban, de las 1.497 personas incluidas solo una mujer fumaba; siete habían recibido tratamiento con corticoides y cinco reconocían ser bebedoras habituales de tres o más dosis de alcohol por día.

La prevención de esta enfermedad ayudaría a reducir sustancialmente el gasto sanitario, ya se que se calcula que cuatro de cada diez camas de los servicios de Traumatología de los grandes hospitales españoles están ocupadas por pacientes que han sufrido una fractura osteoporótica. Se contabilizan hasta 65.000 fracturas de cadera al año en España, solo entre las personas mayores de 70 años. Pese a todo, la fractura osteoporótica más recurrente es la vertebral, cuya incidencia es tres veces superior a las de cadera.

Primaria

Otra de las conclusiones del estudio realizado en Lugo se centra en la prescripción del primer tratamiento a la persona con osteoporosis. Se considera una enfermedad muy prevalente -que afecta a una de cada tres mujeres de raza blanca mayores de 65 años- por lo que debería ser manejada habitualmente desde Atención Primaria. Sin embargo, el informe revela que en el caso de Lugo se hace mayoritariamente en Especializada, con un 88% de pacientes.

Traumatología es la especialidad con el mayor índice de prescripciones (31%), lo que se atribuye al hecho de que la mayoría de los pacientes que participaron en el estudio habían sufrido una fractura previa, con lo que necesariamente su tratamiento trasciende el ámbito del centro de salud y le obliga a pasar por el hospital. El 19% de los pacientes recibieron indicaciones de su primer tratamiento en el servicio de Reumatología y el 12% en Ginecología.

Prevención

La osteoporosis está íntimamente relacionada con la edad, de forma que se incrementa su prevalencia en los grupos de mayor edad. No presenta ningún síntoma, de forma que resulta habitual que no se diagnostique hasta que se produce una fractura. Deben tener especial cuidado las personas con antecedentes familiares, con una dieta pobre en calcio y con consumo excesivo de alcohol, tabaco y café. Intentar incluir alimentos con calcio en los menús diarios y hacer ejercicio suave y regular es una buena forma de prevenir la patología.

TESTIMONIO
«Mi madre se fracturó una vértebra; no tomaba el tratamiento»

Las fracturas osteoporóticas se presentan de diversas formas. Ana (nombre ficticio) tiene varios casos en su familia directa que las evidencian. Su madre tuvo una fractura vertebral con 87 años provocada por una caída en la ducha. «Probablemente si no hubiera tenido osteoporosis la caída se hubiese quedado en magulladuras», indica. Su madre estaba diagnosticada desde hacía años y le habían prescrito un tratamiento. «No lo tomaba, lo había dejado. Ocurre con esos tratamientos de larga duración que la gente empieza tomándolos pero acaba por desistir», dice.

La fractura la obligó a estar mes y medio con un corsé y pasar de ser una persona independiente a precisar ayuda para muchas tareas. Se recuperó, «aunque quedó un poco encorvada», reconoce Ana.

El caso de su tía es diferente. Padeció una fractura de cadera por estrés, una fisura delgada que puede ser difícil de diagnosticar. Tenía dolores, pero no fue hasta una semana después cuando le dijeron qué es lo que tenía. Para ello, tuvieron que hacerle una resonancia.

Pasó por una operación para colocarle un implante de cadera. Con 91 años fue posteriormente a rehabilitación y recuperó toda su movilidad previa.

Ese tipo de fracturas por estrés son frecuentes entre las personas con osteoporosis. También el hecho de que se atribuya una fractura a una caída, cuando en realidad se caen al romperse la cadera. Casi cualquier movimiento puede provocarla, un giro para agarrar algo y hasta un estornudo.

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