Harto de sufrir continuos robos de combustible en los camiones de su empresa, Javier Cela decidió el sábado esconderse en una caravana y esperar a los ladrones para poder cogerlos con las manos en la masa. La osadía del empresario dio resultado y la Policía Nacional logró detener a los autores del robo, dos jóvenes de unos veinte años.
El empresario hizo guardia casi toda la noche en las instalaciones de su empresa de transportes, Cela Abuín, situada en la zona de A Fervedoira, y los ladrones aparecieron sobre las 4.20 horas de la madrugada. En cuanto los vio aparecer, el empresario llamó a la Policía.
Los agentes tardaron muy pocos minutos en personarse, pero en ese tiempo Javier Cela pudo comprobar la ‘profesionalidad’ de los ladrones, que en primer lugar se ocuparon de silenciar a los perros que vigilan la empresa, para asegurarse así de que los animales no daban la alerta del robo y permanecían tranquilos mientras ellos vaciaban los depósitos.
