Un atracador asalta con una pistola dos pequeños negocios en un cuarto de hora

La panadería asaltada ayer en Lugo (Foto: Sebas Senande)
photo_camera La panadería asaltada ayer en Lugo (Foto: Sebas Senande)

En sólo un cuarto de hora, el mismo atracador, armado con una pistola y disfrazado de pintor, se llevó 600 euros de una panadería y una peluquería. Los hechos ocurrieron ayer, entre las dos y las dos y cuarto de la tarde, en una panadería situada en la confluencia de la calle Tui con Doutor Gasalla, en el barrio de A Residencia, y en una peluquería ubicada en la Rúa do Franco, en Albeiros.

Se trataba del mismo atracador, por la descripción que hicieron las víctimas. Es alto, de tez morena, fuerte y vestía un mono blanco de pintor, un gorro y unas gafas de sol negras y anchas. En ambos casos, el atracador llevaba, además, una peluca larga, una pistola con la que intimidaba a los dependientes y a los clientes y una bolsa de Carrefour en la que ordenaba que las víctimas le metiesen el botín. Otra coincidencia más se suma a las anteriores: en ambos asaltos, desconectó el cable de los teléfonos fijos y se llevó los móviles de las dependientas.

En el primero de los asaltos, el de la panadería, dejó a la dependienta maniatada. El suceso tuvo lugar a las 14.00 horas. Según apuntó la víctima, el asaltante pasó varias veces por delante del establecimiento y esperó a que no hubiera ningún cliente para acceder a su interior. Una vez dentro, pidió una barra de pan e inmediatamente introdujo su mano en una bolsa de tela que llevaba, de la que sacó una pistola. «Me exigió todo el dinero que hubiera en el local. En un primer momento me negué, pero me puso la pistola en el cuello y amenazó con matarme, así que abrí la caja y le entregué toda la recaudación», explicó.

No satisfecho con el botín, que ascendía a unos 200 euros, el atracador le pidió a la joven su bolso y su móvil. «Se llevó mi teléfono y 30 euros que guardaba en la cartera. Además, se quedó con mi DNI y me dijo que ya sabía dónde vivía y que si contaba algo de lo sucedido iría a por mí».

Antes de abandonar el establecimiento, el hombre obligó a la dependienta a sentarse en una silla y le ató las manos con cinta aislante. Asimismo, cortó el cable del teléfono fijo del local.

La joven explicó que, justo cuando la había acabado de atar, entró una clienta, por lo que el hombre la empujó y se dio a la fuga hacia la Fonte dos Ranchos. «La mujer me ayudó a soltarme», contó. La chica comentó además que el hombre no quiso tocar el dinero de la caja registradora en ningún momento. «Me pidió que metiera la recaudación en una bolsa que llevaba y no quiso las monedas de céntimo. No sé si ya habría robado en otro establecimiento, porque en la bolsa ya traía dinero».

Peluquería

Después de huir hacia la Fonte dos Ranchos, el mismo atracador supuestamente se marchó a Albeiros y allí asaltó una peluquería de donde se llevó 400 euros y el móvil. En este caso, se presentó y dijo que quería cortarse el pelo. Cuando la peluquera iba a por una toalla, sacó la pistola y la amenazó con matarla si no le daba la recaudación. Como en el otro caso, le ordenó que metiese el dinero en la bolsa. Al mismo tiempo, apuntó con la pistola a otra empleada y a una clienta. Huyó a pie tras desconectar el teléfono y llevarse el móvil que había en el mostrador. La peluquera salió del local y gritó «¡al ladrón!» sin que nadie le hiciese caso. El atracador huyó hacia Frigsa y, después, hacia As Termas, donde fue perdido de vista pese a ser perseguido en un coche por el marido de la peluquera y lo que es más raro: pese a que sufría una ligera cojera.

Más atracos

Otras dos panaderías fueron atracadas en la última semana en Lugo. Se trata de una tienda de Don León, en Lamas de Prado, y otra de La Casa de las Empanadas, en San Isidro Labrador. En ambos casos, el atracador llevaba un cuchillo y fracasó en su intento de robar. Y, en uno de ellos, también portaba una bolsa de Carrefour, lo que hace sospechar que se trata de la misma persona.

BUEN CONTRAATAQUE

«Agarré tres cuchillos y se escapó en una bicicleta»

Ese día no llevaba mono de pintor, pero sí un chaleco reflectante, una peluca larga, gafas oscuras y anchas, gorro y la bolsa de Carrefour. Entró en La Casa de las Empanadas con un cuchillo y pidiendo dinero y salió huyendo en bicicleta después de que la empleada lo intimidase, a su vez, no con uno sino con tres cuchillos que tenía debajo del mostrador. «Primero me subí al mostrador para escapar pero como venía a por mí, me bajé y cogí tres cuchillos. Se asustó y marchó en bicicleta», dice.

TRAUMA

«Lugo se está poniendo ‘en candela’. Ahora tengo miedo»

 

Leidis es cubana. Llegó hace 18 años a Lugo y nunca pensó que le pasaría esto. Ayer, cuatro horas después del atraco, confesaba estar traumatizada y se quejaba de la inseguridad que se respira en esta ciudad. «Lugo se está poniendo ‘en candela’. Ahora vengo a trabajar con miedo. Para mí, el dinero que robó es lo de menos. Lo peor es el trauma que te queda. ¿Y qué vas a hacer? Te apuntan con una pistola, te amenazan con matarte y lo das todo, pero te queda el miedo en el cuerpo», dijo.

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