Un 'ataque' aéreo subleva al poblado de O Carqueixo

Lugar donde ocurrió el incendio en O Carqueixo. SEBAS SENANDE
photo_camera Lugar donde ocurrió el incendio en O Carqueixo. SEBAS SENANDE

Sucedió el pasado sábado por la tarde. Un centenar de gitanos de O Carqueixo se habían vestido con sus mejores trajes para ir al culto del Che, el pastor evangélico que todos los días -salvo los lunes y viernes- oficia en la rudimentaria capilla del poblado. A unos 100 metros, arde un trozo de monte. Viene el equipo del servicio contraincendios y dos coches patrulla de la Policía Nacional. Por el aire, una avioneta sobrevuela el poblado y moja a los gitanos que esperaban, sentados e impecables, para acudir al culto. El cabreo de los gitanos no se hace esperar y se arma la tangana porque creen que el fuego no estaba tan cerca y que el piloto descargó deliberadamente sobre ellos.

«Nos mojaron todos, con ‘jabón’ y todo. Al pastor lo empaparon también y tuvo que ir la mujer a secarlo con la toalla. Cogimos piedras y palos para defendernos porque un policía le pegó al pastor, que es gitano viejo y, para nosotros, una persona de respeto, de ley. Ellos sacaron la pistola y lanzaron cinco tiros al aire, en medio de los niños, ¡que los pudieron haber matado! Tuvimos que esconderlos en las casas. Mi hijo se hizo daño en la nariz al escapar», explica un grupo de gitanas.

Che -José Pedro Cortiñas Montoya, en el carné- afirma que intenta mediar con la Policía y llama a un agente para hablar con él. Sin embargo, asegura que recibe varios puñetazos en el pecho y que cae al suelo. «No denuncié porque soy pastor y no me gusta meterme en líos», cuenta.

El cabreo aumenta más todavía. Los gitanos jóvenes se arman de palos y piedras y los policías piden apoyo a la comisaría. Cuando vuelven, son siete agentes de la Policía Nacional (con el jefe de servicio incluido) y seis de la Local. Al llegar, encuentran una barricada de contenedores. «Teníamos que defendernos», alegan los gitanos. El pastor se reúne con el jefe de la Policía y calma a su pueblo. La refriega deja a tres agentes heridos leves.

La tangana acabó pero aquella noche los gitanos cuentan que dos coches de la Policía recorrieron el poblado con la sirena puesta. «A las tres y cuarto y a las cinco, despertando a la gente. Y los niños se asustaban», dicen las mujeres.

Cómo se armó la tangana

La Policía dice que los agentes fueron acorralados y agredidos: «Uno tuvo que disparar al aire para disuadir a la gente que se le echaba encima con palos y piedras. En un momento dado, alguien tiró una piedra grande al coche policial. El agente salió del coche y lo agredieron. Otro lanzó cinco tiros más al aire y regresaron a comisaría». Por ahora, no hay detenidos. La Policía indaga ahora quiénes fueron los cabecillas de la revuelta. Uno de los testigos grabó un vídeo de la tangana, que se puede ver aquí.

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