Tres niños ugandeses serán operados en Lugo por Cirujanos del Mundo

Los tres chavales ugandeses, con la religiosa que viajó con ellos. j. vázquez
photo_camera Los tres chavales ugandeses, con la religiosa que viajó con ellos. j. vázquez

Tres niños ugandeses serán operados la semana que viene en el Polusa por la ONG Cirujanos del Mundo. El martes serán intervenidos dos de ellos y el viernes, un tercero. Los chavales, que llegaron ayer por la tarde a Lugo, se hospedan en la Casa Diocesana, donde estarán acompañados por la religiosa Gertrudis Natale, que viajó con ellos.

Los niños llegaron en manga corta y sin calcetines. Teresa Rodríguez Pol, una de las hermanas de la Casa Diocesana, se afanaba en abrigarlos tras el impacto del frío.

Los chavales que serán intervenidos son: Fred, de 7 años; Emmanuel, de 12, y Yusuf, de 17. Dos de ellos sufren malformaciones congénitas y un tercero, un tumor.

«La razón por la que vienen a Lugo es porque en Uganda no hay nadie que los opere. Digamos que hay un cirujano para 80 millones de personas», afirma Joaquín Mendonça.

Este año la ONG Cirujanos del Mundo pudo traer, una vez más, a niños de Uganda para ser sometidos a operaciones faciales gracias a una subvención concedida por la Diputación Provincial y también al dinero recaudado en un festival musical que tuvo lugar este pasado verano en Castro de Rei.

Joaquín Mendonça calcula que los tres chavales pueden estar en Lugo dos meses. Durante este tiempo, los niños podrían ir a clase a distintos colegios, como ocurrió otros años. «Os outros foron comigo ó Divino Maestro. Había un que era a primeira vez que iba á escola, pese a ter 8 anos, e xuntouse cos de Infantil. Pero é probable que veña unha profesora a darlles algo de clase e tamén lles dará algo a irmá que viaxou con eles», comenta Teresa Rodríguez.

Habitualmente, la adaptación a la ciudad y la recuperación de la operación es buena entre los chavales que ya pasaron antes por el mismo proceso.

«Hay familias que, incluso, los llevan los fines de semana con ellos para que jueguen con sus hijos y conozcan algo más de Lugo», afirma el doctor Mendonça.

En el caso de un niño, Ambros, que permaneció año y medio en Lugo tras descubrírsele una lesión cardiaca, se creó un lazo importante con una familia, que le paga los estudios en su país.

«Cando están aquí, fan de todo: xogan á pelota ou ós bolos, andan en bicicleta ou en monopatín, van á piscina...», señala la hermana Teresa.

Pese a las deformaciones que tienen en la boca, en este caso los tres chavales pueden comer con normalidad. En cambio, hablan con dificultad. Anoche disfrutaron con la cena que les prepararon en la Casa Diocesana, en la que degustaron, por primera vez en su vida, el caldo de nabizas.

«Comeron caldo -que lles encantou-, peixe, froita, iogures e leite. Os primeiros días sempre teñen necesidade de comer máis. Despois, vanse adaptando e van reducindo a comida», explica.

Antes de la cena, estuvieron leyendo y escribiendo. Sólo uno de los chavales habla inglés. El segundo se comunica en un dialecto y el más pequeño, con la sonrisa. «Tan pequeniño e vindo de tan lonxe como veu, non quitou o sorriso de enriba», dice la hermana.

Estos niños viajaron por primera vez fuera de su país y descubrieron, en cuanto llegaron, el agua corriente, la luz y el ascensor.

Cirujanos del Mundo intervino a más de 300 niños y adultos en Uganda, donde les es cedido una sala de un hospital público para hacer su trabajo. A Lugo, viajaron una docena de niños.

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