El Concello aprobó a las dos de la tarde de ayer el decreto que establece la contratación de Tragsa para la recogida de basura en puntos de riesgo y antes de las tres dos camiones se afanaban en retirar los primeros desperdicios de la Rúa Ánxel López Pérez, ante el Seminario Diocesano. El documento, sobre el que se trabajó toda la mañana, incluye la fórmula que ha encontrado el Ayuntamiento para no limitar la recogida solo a los puntos en los que Sanidade declare la alerta sanitaria y disponer de más autonomía a la hora de fijar la retirada de una u otras zonas: serán Policía Local y Bomberos quienes establezcan los puntos de riesgo sobre los que trabajará Tragsa cada día.
De hecho, aunque los inspectores de la consellería habían decretado tres calles en alerta -Ángel López Pérez, Rúa Cambria tras el Gran Hotel y Avenida de Ramón Fereiro, frente a la Anexa, que eran las prioritarias- el plan de la jornada para los operarios de la empresa pública para ayer ya incluyó otras 16 zonas, en virtud del informe remitido por el sargento jefe del cuerpo de bomberos.
Unos 20 trabajadores de Urbaser recibieron a los operarios a gritos
La llegada de los dos camiones de Tragsa, rodeados de fortísimas medidas de seguridad, al primer punto de recogida de basura encontró a la inmensa mayoría de los trabajadores de Urbaser en otro lugar. Solo el secretario del comité de empresa y la secretaria de la federación de servicios de UGT estuvieron inicialmente presentes y se volcaron en gritar contra los operarios, intentando compensar en intensidad la falta de cantidad. Pronto se le unieron una veintena de trabajadores y la tensión se hizo más evidente.
«Esquiroles» fue