Toyota se interesa por una investigación de una facultad de Lugo

En un modesto laboratorio de la Facultad de Ciencias de Lugo se desarrolla un proyecto que ha llamado poderosamente la atención de la empresa japonesa Toyota. Se trata de la línea sobre catalizadores biomiméticos que desarrolla el profesor Marcelino Maneiro, del departamento de Química Inorgánica, y que, esencialmente, persigue desarrollar un sistema para almacenar la energía que se libera en la descomposición del agua a través de la incidencia de la luz, explica el docente. De conseguirlo, este sistema energético abriría posibilidades inmensas en la sustitución de los combustibles fósiles actuales sin dañar el medio ambiente.

Toyota busca en todo el mundo líneas de investigación que le resulten interesantes en su campo de actividad y ha preseleccionado un puñado de proyectos que representantes de la firma están conociendo in situ. La línea de investigación que resulte elegida recibirá 200.000 euros para impulsarla en el horizonte de los próximos dos años, lo que supondrá más investigadores y medios, indica Marcelino Maneiro.

Con el fin de conocer con detalle esta investigación, la empresa Toyota envió el martes un equipo de tres personas que conocieron las instalaciones universitarias en Santiago y Lugo. El equipo estaba compuesto por dos técnicos procedentes de Japón y un ingeniero técnico, también nipón, pero afincado en Europa. El profesor Marcelino Maneiro fue su guía durante una larga jornada que comenzó a las nueve de la mañana con la visita al edificio del Cactus compostelano y a la facultad de Química y terminó hacia las siete y media de la tarde, después de mostrarles el campus lucense, especialmente la Facultad de Ciencias y la sala donde el equipo de investigación lleva a cabo el proyecto. "Querían saber cómo medimos la liberación de oxígeno y eso se hace aquí", indicó Maneiro. Fueron recibidos por el vicerrector adjunto de Investigación, Jesús Casabiell y también se les informó de la obra que se está llevando a cabo para construir los nuevos laboratorios.

Proceso
A través de las publicaciones realizadas por el equipo de investigación, la empresa nipona conoció de la existencia de esta línea de investigación en el campus de Lugo y se puso en contacto con Maneiro para pedirle más información. "Presentamos un proyecto hace dos meses y fue preseleccionado", indica Maneiro, lo que dio lugar a la visita del martes. Ahora tendrán que esperar unas semanas hasta conocer la decisión de la firma nipona.

Esta línea de investigación "estudia la catálisis de una reacción muy común en la naturaleza, pero muy difícil de reproducir a nivel artificial, como es la fotosíntesis. Así es cómo las plantas, por ejemplo, convierten la energía solar en energía fotoquímica para sus procesos", explica Maneiro. El proceso, aparentemente tan simple en la naturaleza, es en realidad muy complicado y en sus múltiples fases trabajan muchos equipos investigadores en el mundo.

La particularidad de la línea de Ciencias es que se centra en la estructura del mecanismo que hace posible este proceso, bautizado como OEC —Oxygen Evolving Complex— , que se conoce "en parte, pero no totalmente", aclara Maneiro, que apunta que "como fruto de nuestra investigación hemos dado pasos interesantes, porque tenemos compuestos que mimetizan la reacción que produce esa oxidación del agua" de la que se desprende energía, aunque todavía queda un largo camino, apunta el profesor.

Historia
En el grupo que dirige Marcelino Maneiro se integran también la profesora Isabel Fernández García y la doctoranda Ángeles Vázquez Fernández.

En realidad, esta línea de investigación se inició a mediados de los años 90, aunque, andando el tiempo, la inversión para este tipo de proyectos desapareció. Sin embargo, en los últimos años, hay un interés renovado a nivel mundial para continuar profundizando en este tipo de estudios, espoleado por la necesidad de descubrir nuevas vías de suministro energético sostenibles y lo menos contaminantes posibles.

Las investigaciones que dirige Marcelino Maneiro sobre catalizadores biomiméticos —es decir, que pretenden copiar los procesos que se dan espontáneamente en la naturaleza— también se orienta hacia el estudio del papel que juegan ciertas enzimas en el control de los procesos de oxidación celular que atañen directamente a enfermedades neurodegenerativas, varios tipos de cáncer y al envejecimiento de los tejidos.

En una tercera línea, se trabajan los blanqueantes biomiméticos, con la finalidad de buscar complejos baratos y poco agresivos ecológicamente que hagan posible el blanqueo tanto en la industria papelera como de detergentes.

Laboratorios, una necesidad acuciante
La visita de los técnicos de Toyota pone de manifiesto la urgencia de que los investigadores de la facultad de Ciencias dispongan de unas instalaciones actualizadas para llevar a cabo sus proyectos, pues los que existen actualmente han superado su vida útil. Para un equipo que se desplaza miles de kilómetros con el fin de conocer una investigación de interés internacional, debe de ser chocante descubrir que se lleva a cabo en en el edificio más antiguo del campus, y que apenas se ha modernizado. Salva la situación el hecho de que a pocos metros de la facultad avanza la obra que albergará los nuevos laboratorios y que consiste en un moderno edificio de amplia capacidad. Si se cumplen los plazos, tendría que estar terminado en 2010, aunque arrastra cierto retraso.

Instalaciones
El inmueble que se está construyendo tiene una estructura de cuatro plantas de altura; que acogerán laboratorios de investigación y de docencia, además de despachos y espacios para impartir clase.

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