Todas las urgencias cardiacas que llegan al Hula son ya atendidas por cardiólogos

González Juanatey, con el ecocardiógrafo. EPL
photo_camera González Juanatey, con el ecocardiógrafo. EPL

Todas las urgencias cardiológicas que llegan al hospital Lucus Augusti son atendidas por especialistas en Cardiología. Pese a la aparente obviedad, ese hecho es, en realidad, relativamente reciente. Solo ocurre desde noviembre, cuando la reordenación de las guardias del área médica propició la presencia en el centro 24 horas al día, todos los días del año, de uno de esos especialistas. Con anterioridad, esa presencia sólo estaba completamente asegurada de ocho de la mañana a tres de la tarde, de lunes a viernes.

Según el modelo organizativo previo, en caso de que, por ejemplo, un paciente con síntomas de infarto llegara a Urgencias podía ser o no ser visto por un cardiólogo. Con el actual, se garantiza que la primera llamada sea a uno de esos especialistas, con independencia de la hora o del día en el que suceda.

El jefe del servicio, Carlos González Juanatey, destaca la mejora asistencial implícita en el hecho de que «todo paciente que precise una valoración cardiológica sea visto por el cardiólogo y que se le hagan las pruebas que pueda precisar en ese mismo momento, que no sean diferidas». También incide en que la coordinación con el servicio de Urgencias y la Unidad de Cuidados Intensivos favorece un mejor cuidado de las patologías cardiacas.

En los casos de infartados inestables, que precisan, por ejemplo, ventilación mecánica, son los intensivistas los que asumen su cuidado. Si el paciente está estable el cardiólogo valora si debe ser derivado para someterse a una angioplastia primaria, una técnica que consiste en la apertura de la arteria para eliminar el trombo y la colocación de un ‘stent’, una especie de malla que resuelve la estrechez. Esa intervención se realiza en las unidades de Hemodinámica, de forma que, como el Hula todavía no cuenta con una, esos pacientes son derivados a los hospitales de A Coruña o Santiago para someterse a ella.

En cierto tipo de infartos, la angioplastia primaria se recomienda en todos los casos ya que su efectividad es del 90%, frente al 55% del tratamiento con trombolisis (administración de medicamentos que actúan para disolver el trombo que causó el episodio cardiovascular). Sin embargo, si el tiempo que transcurre entre que el paciente sufre un infarto y se abre la arteria supera las dos horas, es preciso aplicar antes el tratamiento trombolítico y después, si fuese preciso, hacer una angioplastia de rescate.

Hasta hace poco, sólo el 60% de casos de infarto recibía angioplastia primaria. Sin embargo, la experiencia de los dos últimos meses aparentemente ha empezado a modificar esa tendencia. Desde que todos los infartos son vistos inicialmente por un cardiólogo se ha realizado en la práctica totalidad de los casos. «De los 25 infartos con elevación del segmento ST [aquellos en los que se recomienda ese tratamiento], 24 recibieron angioplastia primaria y uno, trombolisis», explicó el doctor González Juanatey.

La asistencia directa por parte de un cardiólogo repercute, evidentemente, en pacientes con infarto de miocardio, pero también en otros casos, desde prematuros que nacen con una cardiopatía y pueden ser vistos inmediatamente por un especialista hasta personas que, después de una cirugía cardiaca, vuelven a Urgencias por alguna complicación; o personas a las que se les ha implantado un desfibrilador y sufren algún problema, como señala el jefe de servicio de Cardiología.

El diagnóstico y tratamiento precoz supone una ventaja evidente del hecho de que todas esas patologías sean vistas de forma inmediata por un cardiólogo, que ya se encuentra en el hospital en el momento en el que llega el paciente.

Cuidados intermedios

Pese a que ya había iniciado su actividad en el Xeral, ha sido en el Hula donde Cardiología ha logrado consolidar una unidad de Cuidados Intermedios, con 12 camas en su planta. Los pacientes allí ingresados, especialmente delicados, cuentan con una monitorización constante a través de un sistema de telemetría; es decir, el seguimiento continuado del comportamiento del corazón. De esta forma, se puede registrar de forma permanente la frecuencia y el ritmo del corazón, respondiendo con rapidez a cualquier arritmia que pueda producirse. Carlos González Juanatey destaca que el personal de Enfermería cuenta con formación específica para detectar cualquier anomalía que pueda precisar de consideración.

La telemetría supone, además de una valiosa herramienta de diagnóstico, un elemento muy importante para la seguridad del paciente, al favorecer que los eventos cardíacos sean capturados de forma precoz. Con la apertura del Hula, se pudo aumentar en una decena el número de camas en las que ingresar a pacientes que precisan esa clase de seguimiento.

Hemodinámica

Cardiología del Hula asumirá, cuando se ponga en funcionamiento la unidad de Hemodinámica, unos mil casos anuales de cateterismos, que en la actualidad se derivan a A Coruña y Santiago. Unos 820 son del área sanitaria centro, mientras que los restantes pertenecen al área de influencia de los hospitales da Costa y Monforte.

Una vez que el hospital tenga operativa esa unidad se realizará angioplastia primaria al cien por cien de los casos recomendados, según recordó el jefe de servicio de Cardiología. Se prevé que la unidad funcione 24 horas al día, de forma que, con independencia de la hora que sea, si se produce un infarto, el paciente pueda recibir una angioplastia en el plazo de tiempo más breve posibible. La precocidad influye en la efectividad de la técnica.

La práctica totalidad de pacientes que sufieron un infarto en los últimos dos meses fueron derivados para recibir angioplastia

Estreno del ecocardiógrafo de bolsillo

El Hula cuenta con un ecocardiógrafo de bolsillo, un aparato diagnóstico completamente portátil, que no llega al medio kilo de peso y que realiza las mismas funciones que su versión convencional. La ventaja radica, según asegura el doctor González Juanatey, en la «inmediatez», ya que permite realizar ecografías del corazón sin trasladar al paciente ni mover el aparato tradicional. Proporciona y almacena mucha información. El Hula fue el primer hospital gallego que contó con uno.

La unidad de dolor torácico evita el ingreso de 200 pacientes al año

Cardiología y Urgencias establecieron también un protocolo para actuar de forma precoz contra la fibrilación auricular

La puesta en marcha de la unidad de dolor torácico en el servicio de Urgencias evita cada año el ingreso de unos 200 pacientes en Cardiología por lo que se conoce como dolor torácico atípico, aquel que se cree sintomático de una enfermedad cardiaca sin serlo.

El jefe de servicio de Cardiología, Carlos González Juanatey, asegura que la unidad se ha revelado muy efectiva a la hora de evitar ingresos innecesarios, logrando una mayor precisión en el diagnóstico de los pacientes que llegan a Urgencias con esa clase de dolor. Inicialmente son vistos por un médico del servicio, que tras la observación del electrocardiograma y del estudio enzimático, decide si mantiene al paciente en observación o puede descartar que se trate de un problema de corazón.

En el primer caso, repite las pruebas para ver si persiste la elevación de enzimas o si se modificó el electro. En ese caso, el cardiólogo somete al paciente a una prueba de esfuerzo y una ecocardiografía de estrés que permite diagnosticar de forma clara si se trata o no de un problema coronario.

El dolor torácico está considerado como uno de los grandes retos en la asistencia de urgencia, ya que puede ser revelador de una patología cardiaca, pero, en la mayoría de casos, es en realidad síntoma de otra clase de problema. Entre estos, en su versión más grave puede darse un aneurisma y, en la más leve, una neumonía. Ambos pueden provocar en el paciente un dolor de tórax (con presencia en brazo izquierdo y espalda) del que debe descartarse un problema de corazón.

Fibrilación Auricular

Otro de los protocolos puestos en marcha por ambos servicios se centra en la fibrilación auricular, una patología grave que, en algunos casos, puede manejarse de forma precoz en cuanto el paciente llega a Urgencias con la cardioversión en el propio servicio.

Si el paciente es candidato a la reversión de esa arritmia, pero lleva con ella más de 48 horas y no está a tratamiento con anticoagulantes, se deriva a la consulta de Cardiología para recibirlos y ser sometido a la cardioversión con posterioridad.

«Antes, esos pacientes también ingresaban y ahora, sin embargo, se tratan de forma ambulatoria», reconoce el doctor González Juanatey.

En la actualidad, se mantiene estable el número de ingresos en Cardiología, con unos 1.200 al año de media, pero se ha logrado reducir la estancia y aumentar la rotación de camas.

El jefe de servicio destaca que, desde la puesta en marcha del Hospital Universitario Lucus Augusti, se ha conseguido también eliminar la lista de espera para cateterismos. En la actualidad se remite una media de cuatro pacientes al día (dos al hospital de A Coruña y dos al de Santiago) para ser sometidos a esta práctica en la unidad de Hemodinámica de esos centros. Todos esos casos se asumirán en el Hula cuando abra su propia unidad.

El Hula tiene ya 2 hemodinamistas

El servicio de Cardiología del Hula cuenta en la actualidad con 15 médicos especialistas, dos de los cuales están acreditados por la Sociedad Española de Cardiología para la práctica de la Hemodinámica.

De esta forma, cuando se instale la sala prevista para el hospital lucense podrá empezar a funcionar de forma inmediata. La última fecha oficial asumida por Sanidade es la del primer semestre de este año, después de que el pleno del Parlamento aprobara una moción comprometiéndose con ese plazo.

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