Sociedades públicas deportivas

LAS ADMINISTRACIONES públicas lucenses ya tenían pocos problemas a cuenta del obligado ajuste económico que por encima se les acaba de presentar un nuevo dilema a cuenta de la conversión en Sociedad Anónima Deportiva (SAD) del CD Lugo, que necesita cubrir un capital social de 3.015.000 euros antes del próximo 30 de junio para poder seguir tomando parte en competiciones deportivas profesionales.

El club lucense, que es un ejemplo de gestión con escasos recursos y cuyo primer equipo tiene prácticamente asegurada la continuidad en Segunda División, ha decidido recurrir al Concello y a la Diputación para pedirles que compren acciones por importe de 600.000 y 900.000 euros, respectivamente, debido a que por el momento apenas 2.000 abonados han cubierto un total de 550.000 euros.

El club que preside José Bouso, que busca de esta forma evitar que se pueda dar un descenso de categoría en los despachos, ha puesto la pelota en el tejado de las instituciones, como ya había hecho antes el CB Breogán, que finalmente logró que el crédito para subir en 1999 a la ACB fuese avalado por la Diputación, que acabó siendo su principal accionista.

Claro que la situación económica de entonces no era la misma y el organismo provincial, con el plenipotenciario Francisco Cacharro al frente, no tuvo entonces ningún problema en hacer aquella inversión a pesar de las reticencias mostradas entonces tanto por el PSOE como por el BNG. De hecho, ambos partidos, que durante años formaron un gobierno bipartito en el Concello, renunciaron a meter al ente local en el accionariado, aunque cuando en 2007 ambas fuerzas se hicieron con el gobierno provincial, heredaron el problema que supone que una institución pública tenga que regir los destinos de una entidad privada, por mucho interés social que tenga.

Los directivos del CD Lugo, que saben de la dificultad que supone colocar en el mercado libre acciones de una entidad deportiva, quieren el mismo tratamiento recibido por el Breogán en su día, aunque hay voces dentro de los grandes partidos y en la propia sociedad lucense reticentes a hacer una inversión tan elevada en un valor tan volátil y cuyo riesgo se mide en la capacidad de anotar goles de unos tipos en pantalón corto.

La Diputación llevará a pleno el próximo lunes la entrada en el capital social del CD Lugo y todo parece indicar que PSOE y PP votarán a favor, mientras que el BNG se mantendrá firme y, como ya hizo en su día en el caso del Breogán, votará en contra. El Concello también parece que asumirá su parte de las acciones, de nuevo con el apoyo de los dos grandes partidos y el rechazo nacionalista.

La decisión del Bloque, que dirige el área de deportes en la Diputación, no se queda ahí, ya que plantea además salir del accionariado del Breogán, lo que ya ha motivado la reacción del presidente dimisionario del club, Julio González, quien recordó que antes de esto es necesario sanear el club.

Pero mientras los nacionalistas corren el riesgo de acabar repudiados por las aficiones del Lugo y el Breogán por no saber explicar bien su rechazo a la entrada del dinero público en sociedades anónimas deportivas, el CD Lugo se ve más cerca de salvar el escollo de la conversión en SAD. aunque en la opinión pública, sobre todo entre aquellos ciudadanos que no tienen ningún interés por los goles o las canastas, queda la sensación de que el dinero de sus impuestos se utiliza más en circo que en pan.

HEMEROTECA TRAIDORA


(Noticia publicada en El Progreso el 21 de agosto de 2004)

La entrada de las instituciones en el accionariado de clubes ya fue usado antes como arma política.

 

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