Sin soluciones para la hemorragia

Maniquíes víctimas de la crisis. (Foto: Pepe Álvez)
photo_camera Maniquíes víctimas de la crisis. (Foto: Pepe Álvez)

CON LOS LÍDERES de los dos principales partidos de Lugo haciendo carrera fuera de las fronteras provinciales, con la capital tomada por manifestantes con variadas reivindicaciones y con unas administraciones y sus funcionarios convertidas en el principal motor económico, no debería de extrañarnos que Lugo se haya convertido en la segunda provincia española donde más repunta el paro, según los datos de la última Encuesta de Población Activa.

Los lectores de este periódico se desayunan a diario con concursos de acreedores, liquidaciones o eres de empresas que hace años fueron sinónimo de solvencia y buena gestión, mientras sus promotores pliegan velas para evitar seguir pendiendo dinero. Muchos de esos patrones que hicieron caja en los años de bonanza no quieren seguir arriesgando su patrimonio, por lo que su pesimismo, unido a la falta de medidas del Gobierno para que los bancos les renueven las pólizas de crédito, están acelerando el cierre de empresas y la destrucción de puestos de trabajo. La Epa indica que ya son 31.600 los desempleados en Lugo, que acumula una tasa de paro del 20,84 por ciento. Todos juntos podrían crear la que sería la segunda ciudad de la provincia tras la capital, aunque el dato más preocupante es que la mitad de ellos llevan más de un año buscando un trabajo.

Los polígonos industriales de la provincia, algunos de los cuales ya eran un páramo empresarial, están plagados de naves sin actividad y solo aquellas empresas que han sabido abrir mercados en el exterior están aguantado la caída de las ventas en el interior.

Por si fuera poco, las administraciones siguen recortando inversiones en infraestructuras y la patronal gallega de la construcción advertía esta semana de que la adjudicación de obra pública en Lugo había caído en 2012 cerca del 75%, pasando de 144,5 millones de euros a 36,2 millones. Además, añadía que la comparativa con el año 2008 reflejaba un descenso que superaba el 92%.

Un empresario lucense del sector se lamentaba esta semana de que había llegado a tener contratados a más de 150 trabajadores, una cifra que había tenido que diezmar por la falta de obras. Su caso es el de tantas otras empresas que dependen de la inversión pública, que se ha visto recortada salvajemente para poder ajustar el déficit, tal y como pide Bruselas, y sanear la banca.

Y mientras se destruye empleo estable, también echan a andar pequeños proyectos de autónomos y pymes que ahora mismo representan la esperanza y la ilusión de que este barco no vaya a pique. Sus iniciativas deberían recibir ahora mismo todo el mimo de las administraciones, aunque los líderes locales parece que andan más preocupados por acaparar protagonismo en sus respectivos partidos, ya sea a nivel autonómico o nacional, que en parar la hemorragia del empobrecimiento injusto que representa el paro.

La próxima semana celebraremos el Primero de Mayo, aunque más que una fiesta del trabajo bien podría ser un día de duelo por quienes lo han perdido.

HEMEROTECA TRAIDORA
Rajoy: «Le voy a meter tijera a todo menos al gasto social»
El Progreso 5/11/2011

El entonces candidato a presidir el Gobierno ya avisaba de sus intenciones.

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