Sin la sombra del nogal

A veces me da por pensar que la pretendida unidad de los partidos políticos está sobrevalorada. De un tiempo a esta parte parece que la posibilidad de presentarse ante los electores como un bloque monolítico se ha convertido en virtud.

Da la sensación de que el propio concepto ha sido adulterado. La divergencia o la simple discrepancia de opiniones se percibe como un síntoma de debilidad. Cualquier controversia en el seno de las propias organizaciones es utilizada por los rivales para menoscabar la credibilidad o la solvencia de sus contrincantes. Se busca una imagen sin fisuras ante la opinión pública. Liderazgos fuertes, un discurso monocorde y que nadie se salga del redil.

No se trata de que las organizaciones que canalizan la voluntad popular se conviertan en una jaula de grillos sin concierto, donde cada uno diga lo que le salga de las narices y cuando le venga en gana. Tampoco parece razonable que sean matrimonios de conveniencia entre familias ideológicas mal avenidas o sindicatos de intereses particulares. En cualquier caso, la intención de escapar de una cosa o la otra no puede ser la justificación para transformar a los partidos en rebaños pastoreados por unos pocos. Al eliminar las notas disonantes, también se liquida la dialéctica, o lo que es lo mismo, el arte de dialogar, argumentar y discutir. Una parte fundamental de la propia partitura política.

Algo tan básico se olvida casi siempre. Sólo así se explica el guirigay que se ha formado por el hecho de que los socialistas gallegos hayan tomado la decisión de elegir a su futuro secretario general mediante primarias. Algunos quisieron interpretarlo como un pulso a Rubalcaba. Un acto de rebeldía. El propio secretario general del PSOE dijo que estará pendiente para ver «cómo casa» ese proceso con las normas del partido. Sus estatutos no recogen esa posibilidad.

Gómez Besteiro defendió desde el principio ese sistema de elección. López Orozco reconoció que si la mayoría lo pide, no tiene sentido remar contra corriente. Parece que a principios de junio habrá primarias en el PSdeG-PSOE. Toda la militancia podrá opinar. En todo caso, si no se modifican los estatutos, será un apaño puntual, para salir del paso. Las normas son importantes. Evitan el caos, reconocen derechos y establecen obligaciones. Aún así, no pueden ser sacralizadas. Cualquier regla debe cambiarse si es para mejorar la calidad de democrática de las organizaciones políticas. Sin dramas ni aspavientos.

Quizás ahora sea el momento. Los grandes cambios casi siempre vienen precedidos de tiempos convulsos, de momentos difíciles que lo ponen todo patas arriba.

Son las situaciones de crisis las que normalmente provocan mudanzas en los modelos sociales. A los partidos políticos les sucede algo parecido. Son los fracasos electorales y la desafección de los ciudadanos los que motivan renovaciones profundas. Lo dijo Antonio Gala, «al poder le ocurre como al nogal, no deja crecer nada bajo su sombra».

La asistencia gratuita de un abogado puede ser de ayuda para los desahuciados en Lugo

El Colegio de Abogados firmó esta semana un convenio con el Ayuntamiento de Lugo que honra al propio gremio. Los letrados ofrecerán asistencia gratuita a familias que sean desahuciadas por el impago de sus hipotecas. En tiempos difíciles está bien arrimar el hombro. Las personas que se quedan sin casa muchas veces no tienen a quien recurrir.

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