Sede vacante en el consistorio

Fraga, huyendo de la presión social a los políticos. (Foto: PEPE ÁLVEZ/AEP)
photo_camera Fraga, huyendo de la presión social a los políticos. (Foto: PEPE ÁLVEZ/AEP)

EL ALCALDE, que ya aclaró que ni es el ‘obispo’, como algunos le llaman, ni el ‘cura’ que recibía dádivas, reflexiona estos días como los cardenales de Roma sobre cómo recomponer su maltrecho gobierno, después de la última baja confirmada, la del concejal de servicios generales, Francisco Fraga, que tras apenas dos años de actividad política ha preferido poner pies en polvososa para volver a la aplacible vida universitaria.

José López Orozco vuelve a vivir una crisis de gobierno apenas unos meses después de la marcha de los nacionalistas, que también prefirieron alejarse de la tormenta por si el remolino judicial acababa engullendo sus cada vez más limitadas perspectivas electorales. Además, el concejal de medio ambiente, Lino González Dopeso, a quien le pilló la estampida de Fraga en medio de sus vacaciones, sigue pensándose su salida del ejecutivo, que quería materializar antes de final del mandato, aunque ahora se verá más presionado para que continúe y no contribuya a generar una imagen de desintegración del ejecutivo socialista.

El sustituto del edil en fuga será Manuel Méndez, un veterano profesor y sindicalista a quien en su día convencieron para entrar en la lista del PSOE en un puesto en teoría de salida -número 12-, aunque el tsunami popular, como así lo definió Orozco, le dejó a las puertas de entrar en la corporación. Ahora tendrá una segunda oportunidad, aunque el hecho de que sea en la actualidad director del colegio Menéndez Pelayo y de que estemos a mitad de curso, puede limitar bastante su papel en el futuro ejecutivo.

Por eso cobra fuerza la posibilidad de que el alcalde se decida a nombrar a un director general o a un concejal no electo, como en su día hizo con la delegación de urbanismo, que asignó a María Novo, su actual jefa de gabinete. La exconcejala tiene tablas y ya conoce bien el funcionamiento interno de la administración, por lo que sería una de las candidatas mejor colocadas, aunque tampoco se descarta la posibilidad de que sea contratado algún asesor para asumir tareas políticas en la concejalía que queda vacante. De hecho, el gobierno local cuenta ahora con dos puestos menos de libre designación tras la marcha del BNG, ya que no fueron cubiertos por los socialistas, quizá con la remota idea de que en el futuro los nacionalistas se decidiesen a volver a asumir las áreas de cultura e infraestructuras.

Y mientras el gobierno local está a la espera de una fumata blanca, en el grupo popular también mantienen una provisionalidad provocada por la baja por enfermedad de su viceportavoz, Arcadio Silvosa. Aunque once concejales son suficientes para hacer labor de oposición, la coordinación del grupo cuando Jaime Castiñeira está centrado en su labor de parlamentario autonómico resulta más compleja. Los populares no se han planteado todavía la posibilidad de nombrar a otro viceportavoz, aunque es fácil deducir que en algún momento tendrá que surgir este debate, porque cuando menos se lo esperen ya se habrá consumido todo el mandato.

HEMEROTECA TRAIDORA


(Noticia publicada en El Progreso el 28 de abril de 2009)

El alcalde decidió al final pagar la nocturnidad a todos los agentes.

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