SOLO SE LE ve un ojo y, como dicen mis hijos, los perros no sonríen. Sin embargo, su mirada única -nunca mejor dicho- está cargada de expresividad. Esta perra, Nossa, es traída a este artículo por una llamada de socorro lanzada desde la Protectora de Animales, que alerta de su pérdida en una caminata por el paseo del Rato.
La perrita en cuestión es una yorkshire de pelo corto y color grisáceo en su cuerpo, con un toque de canela, dice la Protectora, en su cabeza. Lleva, además, un collar rojo y presenta ciertas dificultadades para caminar con las patas delanteras.
Con todos estos datos, no parece difícil encontrarla. Sin embargo, desde el pasado domingo está desaparecida.
Hace solo unos días, la Protectora alertaba de que se estaban dando casos de perros secuestrados o robados para peleas. Un negocio de los más sucios que puedan existir pues se está haciendo dinero a costa de unas criaturas indefensas, obligadas a un tipo de comportamiento que solo genera más violencia entre ellas sin ninguna contraprestación a cambio.
Sobra decir que me molesta especialmente el maltrato animal, así como el abandono. No sé si ellos lo harían, como decía aquel famoso anuncio televisivo vacacional, pero fíjense, en su carita, ¿serían capaces de hacerlo?
Un perro es solo un perro pero, en muchas ocasiones, ese animal -como cualquier otro- aporta más compañía y cariño que cualquier ser humano. No hablan, ni sonríen, pero no les hace falta. Una mirada lo hace todo y eso es suficiente.
Dudo que este artículo pueda servir de lavado de cerebro en contra del maltrato animal pero, sinceramente, con esa intención ha sido redactado.
Si la ven -a Nossa, me refiero- no duden en coger el teléfono y llamar a estos números 628 828377 o 626 680951. Ella se lo agradecerá. Seguro.
