San Roque, protector de cuerpo y alma

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La corporación lucense, con el alcalde a la cabeza, cumplió ayer con el voto realizado en 1768 y, en el día de la festividad de San Roque, acudió a venerar al santo.

Los actos comenzaron a las doce y media, momento en el que una representación de la corporación partió desde la casa consistorial hacia la capilla de San Roque acompañada de la banda municipal y de varios funcionarios con la vestimenta de gala.

El desfile fue menos vistoso que en otras ocasiones porque, debido al pulso que mantiene con el gobierno local una parte de la Policía, los siete agentes que habitualmente conforman el cuerpo de guardia decidieron no participar en los actos. Ocuparon su lugar de forma voluntaria tres compañeros.

Con todo, el desfile por las calles San Pedro y San Roque fue seguido con curiosidad por vecinos y turistas, puesto que en la última calle incluso se cortó el tráfico durante unos minutos.

El alcalde, José López Orozco, con el bastón de mando, encabezaba la comitiva, mientras que el concejal de servicios generales, Francisco Fraga, portaba el pendón. Completaban la representación socialista Carmen Basadre y José Chaín, mientras que del PP asistieron el portavoz, Jaime Castiñeira y los concejales Arcadio Silvosa, Encarna Amigo, Enrique Rozas, Mari Teijeiro, Ángel Trabada y Raquel Castiñeira. Del BNG no hubo representación, a diferencia de otros años.

A la puerta del templo les esperaba el párroco, José Pena Mouriz. Tras recibir a las autoridades dio comienzo a una eucaristía en gallego y con música, a cargo de un dúo de guitarra y voz.

Pena Mouriz inició la homilía pidiendo a San Roque protección contra «contaxios do corpo e do espírito», para a continuación ensalzar el respeto a la historia que muestran los lucenses, que hacen de Lugo «a cidade máis emblemática de Galicia», dijo. «Lugo é fiel ás súas tradicións e coida o seu patrimonio histórico», afirmó, tras hacer referencia a la ofrenda a la Virxe dos Ollos Grandes, patrona de Lugo, realizada el día anterior.

El párroco destacó, además, la privilegiada ubicación de la capilla de San Roque, en el entorno de la muralla y en una de las entradas principales a Lugo, la única ciudad del mundo en la que el Santísimo Sacramento está expuesto día y noche, recordó. «Xesús, dende a atalaia da catedral, invita a vivir en fraternidade e a dar sentido á nosa existencia e ao noso destino final», afirmó.

Con todo, la festividad de San Roque sirvió para volver a pedir protección al santo. Pena Mouriz rogó para que los lucenses se sientan «fortalecidos, esperanzados y felices».

Tras finalizar la eucaristía, la comitiva regresó a la casa consistorial. Con todo, la de mediodía no fue la única misa del día. La capilla de San Roque acogió varios oficios a lo largo de la jornada, en recuerdo de los vecinos del barrio.

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