El sueño era tan reparador que un septuagenario, con dificultades de audición, no se percató de que un encapuchado había entrado a robar en su casa hasta que llamó a su puerta un agente de Policía para requerir su testimonio.
Sucedió pasadas las dos de la madrugada de ayer en una de las viviendas unifamiliares que se encuentran en la Rúa Menorca, calle peatonal que comunica la Avenida da Coruña con la Rúa da Milagrosa.