Ritmos heavy en la iglesia de A Milagrosa

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¿Acaso creían que la música heavy no tiene nada que ver con la Iglesia? Nada más lejos de la realidad. Pablo Vilar, coordinador de Cáritas de la parroquia de A Milagrosa, se va a internet y muestra la actuación de un grupo heavy y cristiano, Stryper, que canta «To hell with the devil» («Al infierno el diablo»). No es el único, Astral Doors, otro grupo heavy, dio muestras, en varios temas, de su gusto por las letras con contenido religioso.

Jesús Varela Bravo y José Antonio Salvador López también son heavies. Ambos son los profesores de un grupo de veinticuatro músicos, la mayoría niños y jóvenes, que acuden sábado sí y sábado no al galpón de la parroquia de A Milagrosa a aprender a tocar la guitarra y la batería. Ninguno de ellos tenía una idea inicial de música. Comenzaron en noviembre y ahora, en marzo, ya empiezan a hacerse con un repertorio. Un repertorio en el que tendrá mucha cabida el heavy y el rock duro.

«Por ahora, todavía están aprendiendo pero a ver si se quedan con los acordes y si consiguen dominar la cejilla y vamos preparando ya un repertorio con los de guitarra. En cuanto a los de batería, además de tocar algún tema heavy, nos planteamos también hacer una batucada. Mi compañero, José, intentó hacer una introducción coordinada de siete personas. Es decir, él marca el ritmo y los otros lo siguen. Nos llevamos una sorpresa con una chica de dieciséis años que nunca tocó la batería y que es... ¡un monstruo!», afirma uno de los profesores, Jesús Varela Bravo.

El objetivo de esta iniciativa es conseguir mejorar la integración de los chavales del barrio, al tiempo que se implican en una actividad organizada por la parroquia.

«Queríamos hacer algún grupo con los chavales de la comunidad, con el fin de fomentar la integración. Hay chavales inmigrantes, de distintas etnias y culturas, y también chavales que proceden de diferentes niveles socioeconómicos. Pero no hay solo jóvenes, tenemos también un niño de tres años y un señor de ochenta, así como dos hombres de treinta», explica Pablo Vilar.

La idea caló hondo entre los jóvenes del barrio, entre los que se incluye algún chico que, aburrido de ir al Conservatorio, disfruta ahora de tocar en grupo.

«Tenemos dos grupos: uno, de quince chicos, de guitarra, y otro, de nueve, que tocan la batería. Lo primero que pretendemos es que aprendan a tocar todos. Luego, los separaremos en grupos, que haremos según los gustos musicales de cada uno de ellos», expone uno de los profesores, Jesús Varela Bravo.

Tanto Jesús Varela como José Antonio Salvador tocan en un grupo heavy-metal, Malia. Jesús, hasta hace poco, llevaba pelo largo hasta la cintura. Cuando lo vieron en la iglesia, presentarse como el profesor, con su melena y sus piercings, alguno de ellos pensó que se había equivocado de sitio. «A los chavales les chocaba que Jesús fuese el profesor. Le dijeron... pero tú eres heavy, ¿qué haces aquí?», afirma Pablo Vilar.

Por el momento, en el grupo hay partidarios del hip-hop, de Lady Gaga o de Metallica.

PRECEDENTES
Un cura rockero

Aunque, de momento, no tienen pensado tocar en ninguna misa tampoco lo descartarían, incluso si se decantan por el heavy o el hard-rock. De hecho, no es la primera vez que el rock llega a la Iglesia. «Hay un cura en Cataluña que es rockero», apunta Pablo Vilar.

Canciones

Para Jesús Varela Bravo, un guitarrista ha de tocar también algo de música heavy . «Si eres guitarrista, al menos alguna canción de rock o de heavy te tiene gustar, aunque meteremos en el repertorio lo que le guste a la gente», afirma.

Equipo

Otra idea que se pensó, para fomentar la integración de los chavales, fue la de crear un equipo de fútbol o baloncesto. Sin embargo, eso tendría un coste cercano a los 1.000 euros, entre licencias y equipamiento, y se optó por poner en marcha este grupo musical.

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