La Escola Universitaria de Relacións Laborais ha conseguido equilibrar sus cuentas gracias a las aportaciones que realizarán quince empresas a través de convenios de colaboración y al aumento de la matrícula que ha experimentado este curso, según se puso de manifiesto ayer en la reunión del patronato de la fundación Campus, que gestiona la escuela. Este es un centro adscrito a la Universidade de Santiago que solo depende de ella a nivel académico, pero no participa de sus presupuestos -se financia con los ingresos de matrícula y las aportaciones de patronos- ni el profesorado pertenece a la USC.
La escuela universitaria empezó a tener problemas presupuestarios el curso pasado debido a la caída de la matrícula y a las dificultades económicas de patronos como la Cámara de Comercio y la Cel, que no podían cubrir sus cuotas como hasta entonces. Esto provocó una reorganización del órgano ejecutivo, en el que pasaron a tener voz y voto el profesorado -a cambio de una rebaja salarial-, la Diputación y la Universidade de Santiago.
