Reconstruirán con células madre la cara de uno de los jóvenes ugandeses

El pequeño Fred, justo antes de ser intervenido en el Polusa. AEP
photo_camera El pequeño Fred, justo antes de ser intervenido en el Polusa. AEP

Uno de los tres jóvenes ugandeses que fueron intervenidos estos días por la ONG Cirujanos del Mundo en el Polusa, Emmanuel, será sometido a una segunda operación para reconstruirle la cara con una técnica basada en células madre extraídas de su propia cadera. El joven, de 17 años, tenía un tumor muy grande, de cinco centímetros, que acabaría invadiéndole un hueso y, a la larga, causándole la muerte.

Debido al gran tamaño del tumor, al joven tuvieron que sacarle los dientes inferiores para poder llevar a cabo la operación. «Emmanuel perdió más del 50 por ciento del hueso de la cara, por eso será sometido a una segunda intervención, en dos o tres semanas, en la que se le implantarán células madre para reconstruir el hueso», explicó el presidente de la ONG, Joaquín Mendonça.

Tanto Emmanuel como los otros dos chicos, Yonusu, de 19, y Fred, de 4, se recuperan favorablemente.

Ayer mismo, a las nueve y media de la noche, llegaba a la Casa Diocesana el más pequeño, que la hermana Teresa Rodríguez Pol, define como «un cielo», y que tenía labio leporino.

Fred llegaba feliz, rodeado de un montón de globos de colores que le habían regalado en el sanatorio. A este niño los médicos lucenses de Cirujanos del Mundo le cambiaron la vida. Desde hoy, podrá empezar a tragar los alimentos sin pasar por la nariz y también podrá pronunciar sonidos y hablar. Una logopeda se encargará de esta dura tarea, tanto con él como con el otro chico, que tenía una grave fisura de paladar y deformación nasal.

«Cualquiera de los dos hablaba muy mal porque se les iba el aire para arriba. Incluso la comida les subía por la nariz y tenían problemas para comer», afirmó el doctor Mendonça.

De momento, los chicos deberán comer todo triturado pero, en cambio, no es necesario que guarden cama durante el postoperatorio.

Los tres se adaptaron perfectamente a la vida en Lugo. Los mayores reciben clases de inglés. El pequeño desconoce esta lengua porque nunca fue a la escuela. Sin embargo, ya tiene amigos lucenses. «Non teñen dificultade para comunicarse. A linguaxe do amor é universal», afirma la monja.

OTRA IMAGEN
'Que se rían' y 'Mal de ojo' ya pueden dejar de ser llamados con esos nombres

Fred y Yonusu no se llaman así en realidad. Son dos nombres en inglés que les pusieron para viajar a Lugo y ser llamados de alguna manera.

Sus verdaderos nombres están cargados de significado. Yonusu, que nació con una fisura de paladar que le deformaba la cara, fue bautizado como ‘Que se rían’, pero en su dialecto africano. ¿Por qué? Porque todo el mundo se reía de su aspecto y, en un ataque de dignidad, sus padres decidieron ponerle ese nombre.

El más pequeño no es Fred. Es ‘Mal de ojo’. Sus padres creían que el labio leporino del niño, con el que nació, era un maleficio que le habían hecho. Por eso, a él, el séptimo entre diez hijos, le quedó ‘Mal de ojo’.

No importa. Uno y otro acaban de mirarse al espejo y vieron otras caras. Las de dos chicos felices por recuperar su boca y por poder comer y hablar. Sin más prejuicios.

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