Recaudación

LA CÁMARA de fotorrojo, instalada en la Ronda da Muralla de Lugo, se ha convertido en un insospechado recaudador de impuestos que va a dejar a final de año, en conjunción con los dos radares que se instalarán también en la Ronda, unos abundantes dineros en las arcas municipales.

Según la propia información oficial, cada conductor que se salta el semáforo en rojo es captado por la cámara lo que conllevará, como consecuencia, una sanción de 150 euros y la retirada de cuatro puntos.

Las mismas fuentes señalaron que cada día hay cincuenta conductores que son grabados por esta cámara lo que, tras una simple operación matemática, supone unos ingresos de 7.500 euros diarios, lo que multiplicado por 365 días del año da como resultado un total de 2.700.000 euros o, lo que es lo mismo, casi 450 millones de las antiguas pesetas.

Todo ello sin haber entrado aún en funcionamiento los dos radares fijos que están ya instalados y en período de prueba en la Ronda y que, cuando comiencen a retratar a los conductores de forma oficial, convertirá a este cinturón de la ciudad en las dos millas que más beneficio producen de España ya que prácticamente sin hacer nada, entre unas cosas y otras, podría ofrecer unos resultados en multas a final de año de 1.200 millones de pesetas.

Ahora bien, si como dice el equipo de gobierno municipal el objetivo no es el recaudatorio, bien podría hacer como la DGT en algunos casos: colocar carteles previos a las cámaras que adviertan que por la seguridad de conductores y peatones, unos metros más adelante pueden ser sancionados si no respetan la normativa.

No se trata pues de destinar el dinero a obras de caridad como dice el PP, partido obsesionado con la Ronda, sino de advertir e ir así educando a los lucenses, informándoles de lo que hay y de lo que les puede pasar sino cumplen. Entonces si se podrá creer en las buenas intenciones de los padres de la idea y de los que la pusieron en práctica.

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