Realojados ocho vecinos de un edificio de A Piringalla tras arder una vivienda

Curiosos y vecinos desalojados del edificio durante la extinción del incendio, y el perro que fue rescatado por los bomberos. (Fotos: Sebas Senande)
photo_camera Curiosos y vecinos desalojados del edificio durante la extinción del incendio, y el perro que fue rescatado por los bomberos. (Fotos: Sebas Senande)

Otro edificio volvió a arder en Lugo. A consecuencia de ello, ocho personas tuvieron que ser realojadas en un hostal por el Concello al quedar afectadas sus viviendas. En esta ocasión, el incendio se produjo en el barrio de A Piringalla, en el número 68-70 de la calle Magnolia, donde fue necesario desalojar a todo el vecindario. Pasados cuatro minutos de la siete de la tarde, una vecina observaba cómo salían las llamas de la cocina de uno de los cuartos. «El susto fue tremendo y fui a alertar a los vecinos, pero algunos ya se habían enterado también», dijo.

La vivienda siniestrada, el 4º B, estaba vacía y, además, había sido precintada por la Policía. La razón es que este mismo piso había sido objeto de otros tres incendios, de menor entidad, ocurridos todos ellos en un periodo de un mes. El primero de ellos, a finales de noviembre. Los dos últimos, los días 25 y 27 de diciembre, según corroboró el concejal de Urbanismo, Luis Álvarez, que se trasladó al lugar del suceso junto con la edil de Economía, Sonia Méndez, y un arquitecto del Ayuntamiento, que comprobó que no existían daños estructurales en el edificio causados por el fuego. Los vecinos pidieron a Álvarez que investigue si la planta afectada cuenta con permiso de habitabilidad.

Ayer mismo, volvió a quedar precintada -en esta ocasión, la planta entera- con el fin de que la Policía Científica investigue estos hechos dado que se sospecha, en un principio, que el incendio podría haber sido provocado. Algunos vecinos indicaron que habían visto salir del edificio a un par de hombres, con pinta de indigentes, que podrían ser sospechosos. Otros comentaban las malas relaciones entre algunos vecinos como germen de estos incidentes. «En otra ocasión, sufrimos inundaciones. Dejaron los grifos abiertos y, a consecuencia de ello, nos quedamos sin luz en el cuarto de baño, se nos estropeó la pintura y nos entró humedad», afirmaban otros vecinos afectados por estos problemas.

El fuego dejó calcinada la vivienda donde se generó el incendio, en la que los muebles se quemaron por completo, y otra más. Las otras dos de la misma planta quedaron afectadas. Además, las llamas perforaron el tejado. El resto del edificio no sufrió daños y los vecinos pudieron ocupar sus pisos. Sin embargo, ocho vecinos, que residían en la cuarta planta, tuvieron que ser realojados en el hostal Puerta de Santiago, donde el Concello les ofreció alojamiento gratuito dado el estado en que quedaron sus viviendas. Se trata de seis miembros de una familia y dos de otra.

El incendio fue extinguido al cabo de dos horas y tras la intervención de tres camiones de bomberos. Al parecer, se generó en una habitación. Aunque la vivienda estaba precintada, no se encontraba tapiada y se podía acceder a la misma sin llave.

Los bomberos tuvieron que rescatar a dos mujeres que se encontraban en una de las viviendas de la cuarta planta. Ambas fueron atendidas y dadas de alta, al cabo de tres horas, en el servicio de Urgencias del Hula.

Se trata de N.C.B., de 35 años, y embarazada de gemelos, según comentaron los vecinos, y E.P.A., de 62 años, que sufre una minusvalía que le impedía, en el momento del incendio, poder bajar las escaleras y salir del edificio.

Las mujeres inhalaron humo mientras que esperaron a ser rescatadas, por lo que fueron conducidas al Hula para ser atendidas. Una de ellas sufrió, además, un ataque de nervios, según confirmó alguno de los testigos presentes en la calle. Los bomberos también rescataron un perro, que estaba en una de las viviendas afectadas.

El administrador de la finca indicó, por otra parte, que no descartaba presentar una denuncia, en nombre de la comunidad de vecinos, si los informes policiales determinan que el incendio fue provocado.

VECINOS
«Cualquier día pasa algo serio»

Algunos se lo tomaban con resignación, otros estaban más cabreados pero todos ellos comienzan a acostumbrarse, mal que les pese, a tener que desalojar el edificio cada dos por tres por haberse originado un incendio.

«Este ya es el cuarto incendio y cualquier día puede pasar algo serio. A mí me llamó mi madre diciéndome que habían llegado los bomberos y que iban a tirar la puerta abajo. Vine corriendo, porque no estaba en casa, y ya no me dejaron pasar. Esto es tremendo porque nos llevamos un susto cada dos por tres y así no se puede vivir», dijo una vecina.

Despliegue

Pese a que el incendio fue aparatoso y la Policía Local llegó a cortar el tráfico en la calle, ni el despliegue de medios ni la aparatosidad del incendio tuvieron nada que ver con el registrado, hace un mes, en el gimnasio Marathon, en la avenida de A Coruña.

«Aquí, también se derramaron muchos litros de agua para poder sofocar las llamas y el agua pasó a los pisos de abajo, pero nada tiene que ver con lo ocurrido en la avenida de A Coruña, que fue mucho peor, con diferencia», explicó el concejal de Urbanismo y portavoz municipal, Luis Álvarez.

Los trabajos de extinción fueron revisados por los ediles Luis Álvarez y Sonia Méndez que, una vez apagado el incendio, subieron a la cuarta planta para comprobar el estado en el que habían quedado las viviendas y determinar si el Concello tenía que realojar a los afectados, lo que finalmente hizo, llegando éstos sobre las diez de la noche al hostal Puerta de Santiago.

Comentarios