''Quería que acabaran las vacaciones para volver a dar clase''

AHORA pasa una vida tranquila entre Lugo y Ribadeo, disfrutando de aficiones como la pesca, la fotografía y, sobre todo, de su inseparable bandolina. Pero Ramón Cancio tuvo una vida profesional de lo más activa. Estudió electrónica en la Escuela Elemental de Trabajo de Lugo y montó su propio taller de reparaciones a principios de los años 50. Allí llevaba el servicio técnico de Radio Iberia «y de la mayoría de los comercios de Lugo», hasta que le propusieron entrar en la enseñanza. «Mi trabajo siempre había sido práctico y nunca había pensado en otra cosa. pero en aquel entonces se necesitaba el dinero en casa. Fui de muy mala gana y cuando venía de las clases seguía trabajando en el taller», explicó Cancio.

Así, en el año 1968 comenzó a dar clase de oficialía en la Escuela de Maestría, sita en la Rúa Montevideo. Él, acostumbrado al orden y metodología de su taller, se encontró con grupos de 40 alumnos y unas clases sin muchos aparatos útiles para impartir las prácticas. «Muchos aparatos se estrepeaban, teníamos uno

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