Pitonisas

Créanme si  les digo que para los profanos en esta materia de juntar letras nada provoca más temor que ponerse frente al ordenador a pensar un tema para escribir.

Estaba yo preocupado con ese tema cuando me enteré que el Concello había contratado a la vidente Carmen de Foz para impartir un curso sobre interpretación de sueños y filtros de amor.

Conste que me parece muy bien que la gente se gane las habichuelas como estime conveniente, eso sí, respetando el Código Penal a poder ser.

Parece que en el Concello han agotado sus recursos terrenales y sólo les queda la ayuda del más allá, de ahí, supongo,  la contratación de una vidente. Lo de interpretar los sueños no es mala idea, claro que igual era mejor que lo explicase un psicólogo. ¿O no?.

Lo de los filtros de amor es, sin duda, una  jugada de Orozco para camelar a Laxe. Yo, si fuese don Anxo, vigilaría mucho qué le ponen para beber en el próximo Pleno.

En fin, ya metidos en gastos supongo que para inaugurar, en su día, el Auditorio, traerán a la pitonisa Lola, la bruja Lola como a ella le gustaba llamarse.

Nada hay más pegado a nuestra identidad como pueblo que una meiga, aunque sea andaluza. Porque existir existen, o al menos existen los paganinis que lo creen.

Pensándolo bien, la cosa nos puede venir al pelo. En Lugo, a falta de realidades, vivimos en los sueños perpetuos. Yo mismo sueño con el día en el que se pueda pasear de nuevo por el Parque del Miño.

El Primer Lucense, Orozco,  también sueña, de hecho soñó que a la manifestación de A Ponte acudieron 625 vecinos y la pesadilla le llevó a preguntarse dónde estaba el PP, al que no ve ni en sueños. Es fastidiado no poder entonar el conocido grito de guerra: ¿A culpa de quen é? A culpa é do PP.

Me intriga el número: 625 vecinos. Ni más ni menos.

Menos mal que Carmen de Foz es experta en numerología y seguro que nos puede aclarar el significado de dicha cifra. A priori parece un problema de miopía o de matemáticas, pero seguro que la cartomancia tiene otra explicación.

Y para más inri el PP municipal ya se ha dado cuenta que los ha dejado colgados de la brocha, por lo que parece la pax romana ha llegado a su fin. Poco duró el efecto del filtro amoroso, y ya se sabe que las parejas que rompen, por lo general, terminan tirándose los trastos.

Afirma el alcalde que para solucionar el marrón de A Ponte no hay “varitas mágicas”. Le faltó añadir que tampoco voluntad.

Ya puestos, igual la solución a los problemas de Lugo está en el tarot, o en los posos del café, o en los higadillos de un pavo real del Parque. Es lo que nos queda.

El caso es entretener el personal: la versión lugosociolista de pan y circo.

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