''Paroxetina y tamoxifeno interactúan''

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Las mujeres que sufren cáncer de mama y son tratadas de forma simultánea con tamoxifeno, un medicamento usado para combatir la enfermedad, y con el antidepresivo paroxetina, se exponen a un mayor riesgo de mortalidad. Este último fármaco puede reducir o anular el anticancerígeno. Esta interacción aparece reflejada en un estudio efectuado por investigadores canadienses y publicado en la prestigiosa revista British Medical Journal.

Berta Pérez Landín, responsable técnica del Centro de Información del Medicamento del Colegio de Farmacéuticos de Lugo, se hace eco de este problema y publicará en los próximos días un artículo en la página web colegial, www-coflugo.org, para informar a los profesionales de la farmacia de la provincia de que la interacción de la paroxetina en los tratamientos con tamoxifeno no figura «explicada con claridad en la ficha técnica de las marcas de antidepresivos con este componente, que inhibe el efecto beneficioso del tamoxifeno, un medicamento que aumenta la supervivencia de pacientes que han padecido o padecen cáncer de mama y, a su vez, disminuye la recurrencia de este tumor», explica Pérez Landín.

El tamoxifeno es un profármaco, que para ser útil necesita metabolizarse y activarse en el organismo a través de unas enzima existente en el hígado, denominada Cyp2d6.

Los autores del estudio canadiense hicieron un seguimiento, durante doce años, a mujeres de 65 o más años diagnosticadas de cáncer de mama y tratadas con tamoxifeno y que habrían recibido también tratamiento con un ISRS. Se midió la mortalidad por cáncer de mama ajustando por el periodo de coadministración de tamoxifeno y el Isrs (inhbidor selectivo de la recaptación con serotonina).

El tamoxifeno se metaboliza en el organismo para convertirse en endoxifeno, pero la paroxetina inhibe la enzima que provoca esta tranformación. Los resultados del informe asocian unos aumentos absolutos del 25,50 y 75% en la proporción del tiempo de tratamiento combinado con tamoxifeno y paroxetina con unos incrementos del 24, 51 y 94% en la mortalidad de cáncer de mama. En cambio no se observó riesgo con otros antidepresivos.

El estudio sobre la interacción entre el tamoxineno y los Isrs (inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina) recomienda evitar el uso concomitante de tamoxifeno con antidepresivos inhibidores potentes del Cypd6. «Es un problema de fácil solución, ya que se pueden escoger otros antidepresivos con un nulo o escaso potencial inhibidor».

Berta Pérez precisa que esta interacción «es grave, porque la ficha técnica de medicamentos con este antidepresivo hablan de inhibidores de esta enzima, pero un farmacéutico e incluso un médico no tienen porque conocer todos los inhibidores».

En la ficha del producto, que es necesaria para que el Ministerio de Sanidad autorice su utilización, debería figurar claramente la paroxetina como inhibidor. «La literatura de la ficha se limita a hablar de forma ambigua de la interacción de los inhibidores y de una disminución de los niveles plasmáticos, pero indica que la relevancia clínica de esta interacción no es del todo conocida», precisa Pérez Landín.

Los autores del estudio también aluden a la floxetina, que aparece en antidepresivos como el Prozac, «pero en su trabajo no consiguieron evidencias al respecto, al haber un número bajo de casos de mujeres que tomaran floxetina. No obstante, se sabe que es un inhibidor potente de esa enzima y que se debería evitar por razones de seguridad hasta que haya evidencias adicionales», agrega la portavoz del Colegio de Farmacéuticos de Lugo.

Estos antidepresivos denominados IRRS se suele prescribir en las mujeres que se tratan de cáncer de mama por dos razones. Por un lado para tratar la depresión o ansiedad que suele provocar la enfermedad. También sirven para reducir los sofocos, que son un efecto secundario habitual del taximofeno.

Los investigadores que hicieron el estudio precisan que se trata de una «interacción muy frecuente, que no suele ser apreciado debidamente, pese a su riesgo, ya que impide que el fármaco diseñado para protegernos actúe», indica la responsable técnica del Centro de Información del Medicamento, Como alternativas existen otros antidepresivos que no inhiben esa enzima, como pueden ser citalopram, escitalopram, venlafaxina y fluvoxamina.

El artículo que tiene previsto publicar Berta Pérez Landín en el área abierta al público de la página web del colegio farmacéutico lucense pretende divulgar la interacción entre el taxmosifeno y la paroxetina, y en principio también con la fluxetina, «para recomendar que se evite en lo posible esta asociación, que puede recudir la metabolización del tamoxifeno a su metabolito activo. Disponemos de otros medicamentos más apropiados en el mercado», concluye.

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