Vivimos unos momentos de ofertas continuadas. Los últimos cambios producidos en la política nacional y gallega han vuelto a convertir esta tierra en un mercadillo de ofertas que veremos, andando el tiempo, si se concretan en realidades o se las lleva el viento del cinismo.
José Blanco, el ministro palense, no se ha hecho esperar y en el BOE del jueves aparecía publicada la licitación del tan esperado nuevo puente de Lugo. No está mal si no fuese porque este puente ya fue anunciado por el citado ministro hace cinco años y aún tardaremos un par de años más en verlo y cruzarlo, o sea, allá por las próximas elecciones municipales.
De aquellas promesas de hace un lustro convendría también recordar el AVE, del que no existe la certeza de si se va a construir, qué velocidad va a alcanzar y ni siquiera de que vaya a pasar por Lugo; o de esa cosa semisecreta que es el Cetal y del que casi nadie sabe a que se dedica la oficina que por fin ha abierto tras el anuncio de su creación, también por el señor Blanco, hace ya unos cuantos años.
Estamos, como digo, en tiempo de ofertas y sino remitanse al discurso de Núñez Feijóo como nuevo presidente de la Xunta. De momento recordó que el suyo será un gobierno de coalición y cabe pensar con ello que se refiere a las diferentes familias que conforman el conservadurismo galaico, o sea, los de la boina, los del birrete, los del opus, que ya empiezan a tomar posición en puestos relacionados con la información, los liberales y los regionalistas de Alfredo Brañas que eso si que es remontarse a la historia para desvirtuar la realidad.
Núñez Feijóo anunció también que en su mandato no habrá lugar para el caciquismo, el partidismo, el enchufismo y el sectarismo y digo yo, este hombre que en sus buenos tiempos se encargó de comenzar la privatización de Correos y como consecuencia que este servicio dejase de ser lo eficaz que era, ¿toma estupefacientes?, ¿le da al trinqui? O quizás de joven quedó afectado por el desnorte que provoca la estructura geográfica de Os Peares en donde a nada que des un golpe de pedal estás en Ourense o en Lugo, en Carballedo o en Nogueira de Ramuín.
De momento, a petición del empresariado gallego, Núñez Feijóo ya anunció la revisión de la ley de costas o sea, que esto va a ser como Benidorm en un día de mercado, y destacó la buena salud de las cajas de ahorro gallegas de las que este menda sospechaba todo lo contrario e incluso que alguna tenía grandes dificultades para recuperarse de los préstamos a Filesa. Pero bueno, estamos en época de ofertas. Y de demandas, no lo olviden.
