Nuevos caminos hacia la imagen perfecta

«Es difícil juzgar la belleza: la belleza es un enigma». Con esta frase, el escritor ruso Fiodor Dovtoievski advertía ya la complejidad de valorar algo que no se define, sino que se reconoce. Un concepto, el de lo bello, que depende además de cada cultura y de cada momento: mientras en algunas tribus africanas las mujeres lucen como todo un emblema de belleza los senos flácidos y caídos, en el mundo occidental se apuesta por las prótesis de silicona. Y es que existe un anhelo cada vez mayor por conseguir un cuerpo perfecto y un rostro eternamente joven.

Pechos siliconados, dietas milagrosas, masajes anticelulíticos o las últimas terapias orientales. Cualquier pionero tratamiento parece tener la clave para mejorar el aspecto físico que, ahora más que nunca, parece ser el eterno amo de llaves de la felicidad efímera, algo que explica el boom actual de los centros de belleza y las clínicas de cirugía estética.

Templos de afrodita

En Lugo, según los datos facilitados por la Cámara de Comercio, existen 110 salones e institutos de belleza, una amplísima oferta de templos de la eterna juventud.

Ruth Fernández, la jefa de Belezatres, un centro de estética que desde hace dos años ofrece a los lucenses desde terapia termal y chocoterapia a maquillajes específicos para cada ocasión, comenta que para ellos «la crisis no existe» porque los clientes demandan tratamientos durante todo el año, si bien es cierto que en invierno prefieren terapias relajantes para liberarse del estrés, como «el baño siotermal con piedras calientes o el masaje depurativo de las ‘pindas’ del Tíbet», y en verano se decantan por «los métodos de adelgazamiento» para poner en marcha la famosa operación biquini.

En Silueta 10, uno de los centros de belleza más punteros de la ciudad, todo está dispuesto para el cultivo del cuerpo. Isabel López, la encargada, explica cuales son los tratamientos más demandados por los clientes. «El más exitoso es la cavitación, un moderno sistema de eliminación de grasa en zonas localizadas que tiene un precio de 35 euros por sesión. En temporada alta, de marzo a julio, realizamos unas diez cavitaciones diarias», asegura. «Cada 12 sesiones hay que dejar un tiempo de descanso porque se fuerza un poco el metabolismo», indica. A este centro acuden tanto hombres como mujeres, aunque la mayoría femenina es aplastante. «El 90% de los clientes son mujeres y el 10% hombres, aunque ellos cada vez se interesan más por mejorar su imagen», afirma Isabel. «Lo que sí se aprecia es una diferencia en las edades, los hombres que vienen tienen entre 25 y 40 años, pero las mujeres son de todas las edades, desde chicas jóvenes a señoras de más de 70 años», dice Isabel.

La presoterapia, un tratamiendo orientado a la reactivación de la circulación con un coste de 15 euros por sesión, y la vacunterapia, una técnica para moldear la figura al precio de veinte euros la sesión, son dos de los cuidados corporales más demandados. Pero, sin duda, la sala relax para masajes y la plataforma vibratoria ‘Power play’ son los tratamientos estrella de esta clínica y de los que su dueña, María Mato, se muestra especialmente orgullosa. «Nuestra sala relax cuenta con una cabina insonorizada con música a la carta y la luz cambia según el tipo de masaje, el ambiente zen es inmejorable», explica María. Y la máquina vibratoria ‘Power play’ es su gallina de los huevos de oro. «Está indicada tanto para el fortalecimiento muscular, como para la relajación y el estiramiento», asegura. Una de las primeras en usar esta máquina fue Ana Ferreira, una mujer de 72 años que es clienta habitual. «Me va muy bien para las rodillas y las caderas. Voy tres o cuatro veces por semana y el primer mes ya mejoró el derrame que tengo en una pierna y recuperé muchísima musculatura», afirma.

Pero no todos se conforman con moldear la figura a través de ejercicios como éstos. Son muchos los que prefieren acudir a la cirugía estética. Mónica Arroyo, encargada de la clínica lucense Hedonai, explica que «desde 250 euros una señora puede inyectarse botox» en un centro médico como el suyo. A la puerta de su clínica no sólo llama gente joven, también «señoras de 60 o 70 años que quieren ralentizar el envejecimiento asociado a su edad».

¿Patitos feos?

La psicóloga Ana Castro Liz trata de explicar los deseos ocultos tras este tipo de anhelos estéticos. «Le damos importancia a nuestra apariencia por ser la carta de presentación ante el prójimo y de este modo nos dejamos arrastrar por ciertos cánones que responden a intereses comerciales».

Castro recomienda «preocuparse de forma natural por nuestra apariencia, nunca obsesiva». Asimismo, indica las nuevas enfermedades ocasionadas por la tiranía de la perfección física. «La dismorfobia es un nuevo trastorno mental que distorsiona la imagen que tenemos de nosotros mismos por temor a ser feos, los que padecen esta enfermedad ocultan partes de su cuerpo por las que se sienten acomplejados». Y, además de trastornos alimenticios como la bulimia o la anorexia, Castro destaca la aparición de otras dolencias relacionadas: «La vigorexia, obsesión por aumentar la masa muscular, y la ortorexia, preocupación por ingerir alimentos que sólo procedan de la agricultura ecológica y que estén libres de transgénicos».

Y es que todo aquel que se ve como un patito feo ante los ojos de una sociedad cada vez más exigente en lo referente a la estética parece dispuesto a pasar por el quirófano, especialmente el sector femenino. «La mujer tiene mayor presión social y acude con más frecuencia a ciertas cirugías», dice Castro. La psicóloga recuerda que «es necesario aceptar el proceso de envejecimiento como algo natural».

La cuestión es apostar por el triunfo de la sociedad de la apariencia, con patitos feos convertidos en cisnes de postoperatorio, o por una mente sana en un cuerpo sano.

UN BOOM IMPARABLE

  • Crecimiento exponencial de los profesionales

La dictadura de la hermosura prometida y el imperativo de conservar una juventud permanente ha disparado en los últimos años la cifra de licencias concedidas a todo tipo de centros dedicados, de una u otra forma, al culto exclusivo del cuerpo.

Ahora el cuidado de la apariencia se le confía a auténticos expertos y, en consecuencia, también se experimenta un incremento exponencial de todos los que desean orientar su carrera a la estética profesional, instruyéndose en las técnicas de masaje, relajación y aplicación de cualquier tipo de tratamiento facial y corporal.

  • 296 licencias

Según los datos del Concello de Lugo, desde 1996 se han concedido en la ciudad 296 licencias a centros de belleza, spas, centros de bronceado, peluquerías y un largo etcétera de centros similares .

Pero los lucenses no se conforman sólo con explorar los caminos hacia su propia belleza. El Concello de Lugo ha otorgado, desde 1996, cuatro licencias de apertura en la ciudad de centros de estética dedicados en el exclusiva al cuidado de la belleza canina.

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