La historia sobre el controvertido muro de cierre del cementerio parroquial de Labio se complica todavía más si cabe. En julio del año pasado el Concello de Lugo decretó su demolición. Ocho meses después esta construcción de granito sigue en pie.
El muro no ha caído porque se ordenó el derribo a la propietaria de los terrenos, la SA Xestora Bantegal, que está disuelta. También resulta curioso que se le encargase a esta sociedad, que gestionaba el Banco de Terras, que no tuvo nada que ver con las obras de construcción.
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