Muchas dudas y tantas decisiones

LO RECONOZCO, SOY un indeciso, ya sea para elegir plato en el restaurante, escoger ropa en la tienda o ir a las urnas, aunque como a todo el mundo lo que más me repatea es tomar la decisión equivocada, porque si uno está seguro de lo que quiere, el chasco en caso de error no suele ser tan grande.

Por eso antes de comprar suelo preguntar en la tienda si me eintegrarían el importe en caso de que al llegar a casa lo que creía era una gran compra pierde todo el interés y corre el peligro de acabar enterrada en un armario. Los teóricos llamana esto reversibilidad, es decir, la capacidad que tenemos de dar marcha atrás en una decisión equivocada con los mínimos efectos, que en este caso serían tener que volver a la tienda con la denostada compra.

Y es que elecciones tenemos todos los días, como por ejemplo en la cola de la caja del supermercado. Y a veces ocurre que optamos por una que creemos puede ser la más rápida, pero que acaba haciéndonos perder más tiempo del deseado o sacádonos los sudores si hemos dejado el coche mal aparcado.

Porque esa es otra, hay que ver la tensión que se generan en algunas colas, sobre todo las que implican una espera de más de media hora. Cualquiermovimiento en falso es rápidamente advertido con la mirada del ‘rival’ —que no compañero de fila—, porque ya se sabe que siempre hay profesionales en el arte de colarse.

Pero volviendo a la toma de decisiones, la experiencia nos indica que, por ejemplo, en el mundo profesional lo mejor es que se hagan en grupo, de tal forma que si la elección es la equivocada, la carga de culpa será repartida y se hará menos pesada. Sin embargo, en la vida diaria la mayoría de las decisiones son individuales y el hecho de que muchas de ellas se tomen a la ligera implica que a menudo se cumpla esa teoría del pesimismo llamada Ley de Murphy, según la cual siempre que exista una posibilidad de que algo salga mal, acabará saliendo mal.

Y este introito viene a cuento de la importante decisión que los españoles deben de tomar el próximo 20 de noviembre, donde tienen la posibilidad de elegir en las urnas a los que van a dirigir un país que a día de hoy parece estar sin timonel por abandono del barco del actual capitán.

Las últimas encuestas indican que hay una gran cantidad de votantes indecisos, gran parte de los cuales estarían vinculadosa la izquierda, teniendo en cuenta que es la que está ahora en ese presunto Gobierno, y a que quienes ya tienen clara su opción política se decantan por la derecha. Y el problema que tienen todos esos ciudadanos que esperarán a última hora para decantarse es que en este caso, la reversibilidad tardará cuatro años, un tiempo que se antoja excesivo para un país donde campa tanto indeciso.

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