La dirección del grupo ourensano Moyvesa, propietario de Martínez Automoción, ha comunicado a los trabajadores que su intención es que la venta del concesionario de Opel en Lugo no conlleve despidos, según explicaron representantes de los trabajadores.
El traspaso del negocio es la «mejor solución» para salvar una empresa que estaba condenada a presentarse a concurso de acreedores debido, según la dirección, a las dificultades económicas por las que atraviesa, de las que responsabiliza al anterior gerente de la sociedad, según la explicación dada a la plantilla.
Además, Moyvesa ha intentado, sin éxito, evitar tener que ponerlo a la venta realizando importantes inyecciones de capital, pero finalmente se ha visto obligado a optar por esta medida para «garantizar la permanencia del negocio».
El concesionario sito en la Estrada da Coruña «no ha aflojado la actividad» en las últimas semanas, pese a los aprietos financieros en los que está inmerso. Los representantes de los trabajadores aseguran que la calidad de los servicios prestados a los clientes no se ha visto afectada.
El descenso en las ventas tampoco ha contribuido precisamente a paliar la situación, aunque éste es un mal común a otras firmas del sector.
Martínez Automoción, en manos del grupo ourensano desde mediados de 2005, cuenta actualmente con 32 trabajadores con contratos indefinidos, que, desde el pasado verano, vienen sufriendo ligeros retrasos en el cobro de sus nóminas por los ajustes que está aplicando la empresa.
En el último año la firma no renovó a seis trabajadores cuando finalizaron contrato y despidió al gerente. El Juzgado de lo Social que vio el caso, según fuentes sindicales, declaró ese despido procedente, pendiente ahora del posible recurso. El grupo ourensano ha presentado además denuncia por la vía penal contra este ex trabajador, según fuentes sindicales.
Los trabajadores, tras un amago inicial de convocar asambleas e incluso paros, se han decantado por ahora por no recurrir a las movilizaciones. No quieren entorpecer la operación de venta, que, creen, está bien encaminada. Se confía en que incluso podría estar cerrada en el primer trimestre del año.
A priori una de las posibles trabas para que cristalice la operación es el elevado precio de alquiler que tienen las naves que ocupa el concesionario, que ronda aproximadamente los 200.000 euros al año.
La dirección de Moyvesa les ha asegurado a sus empleados que hay varias empresas del sector de la distribución de automóviles interesadas, aunque sin revelar datos sobre si podría ser alguna que ya cuenta con negocios en la capital lucense.
General Motors, fabricante de Opel, no sólo está al tanto de este movimiento empresarial, como ha reconocido el grupo ourensano, sino que también está colaborando en la búsqueda de un comprador. No en vano la multinacional debe dar el visto bueno a la operación.
El grupo: Un negocio de 60 millones de euros
Moyvesa, constituido en Ourense hace 27 años y cuya plantilla supera actualmente los 200 trabajadores, es uno de los grupos de automoción más importantes que funciona en la comunidad autónoma. Está formado por nueve empresas y su volumen de negocio rondó los 60 millones de euros en 2008 —las cuentas del ejercicio pasado aún no están cerradas—.
Ésta fue una de las firmas más activas en Galicia cuando en la década pasada se produjo una auténtica reestructuración del sector de la automoción, con el agrupamiento de concesionarios de diferentes marcas en pocas manos.
Además de Martínez Automoción, adquirida hace cuatro años y medio, el grupo ourensano cuenta en la provincia de Lugo con otros tres concesionarios, los de Nissan (Autoprais) y Honda (Sistral) en la capital lucense y el de Opel (Helizauto) en Viveiro. Según la dirección, el de la ciudad del Landro irá incluido en la operación de venta del primero.
El grupo ourensano, cuyo director general es Martín Moya Mendieta, tiene otros cinco concesionarios en A Coruña y en Santiago de Compostela, así como más de una treintena de talleres asociados u otros puntos de venta en todas las provincias gallegas, excepto Pontevedra, en donde aún no ha desembarcado.
