Al margen del parón propio de las vacaciones navideñas, hay muchos hechos que ponen de manifiesto el escaso ritmo de los trabajos en la autovía de Santiago. «Xaneiro non é un mes moi indicativo porque despois da Navidad sempre tardan en arrancar as obras, pero moito ritmo nunca houbo. Hai semanas que piden máis formigón e hai semanas que menos, pero unha media poden ser seis ou sete camións», explicaba ayer un operario de la planta que tiene Prebetong en O Ceao.
Con todo, los trabajos se han ralentizado desde finales de verano. La empresa lalinense Batán Arenal, dedicada a excavaciones, no trabaja en la A-54 desde el mes de agosto y en el restaurante O Picato el número de trabajadores que acuden a comer se ha reducido en los últimos meses. «Os que traballaban entre Monte de Meda e Guntín [tramo contratado a la empresa Sacyr Vallehermoso] marcharon aló por novembro. Entre Vilamoure e Monte de Meda [parte adjudicada a las empresas Cyopsa-Sisocia y Obras Públicas y Regadío] siguen traballando, pero a medio gas», afirman en O Picato.
Estructuras
Las empresas adjudicatarias echan mano de subcontratas especializadas en distintos tipos de trabajos, desde excavaciones a construcción de estructuras.
Una de esas firmas es Alvisa, del Grupo Proinsa, que actualmente tiene desplazados a Lugo cuatro trabajadores de Madrid y Zaragoza. Trabajan en el montaje de puentes sobre el trazado de la autovía en el tramo Nadela-Vilamoure, el más próximo a la ciudad.
Esta semana, el personal de Alvisa trabajaba en una estructura en las proximidades de la carretera Lugo-Sarria, a la altura de Nadela. Es el puente que servirá para dar continuidad a la carretera de O Páramo, en la parroquia de San Xoán de Pena. Una vez se abra al tráfico el viaducto, podrá continuar la excavación de la autovía en dirección a Cuiña y Coeses. Antes está el río Miño, que se salvará con un puente de mucha mayor envergadura y que podría ser una de las últimas obras del tramo Nadela-Vilamoure en ejecutarse.
Los dos tramos lucenses de la A-54, Nadela-Vilamoure y Vilamoure-Monte de Meda, son los que registran más actividad actualmente, aunque el número de operarios y maquinaria que trabaja actualmente en toda esa zona es limitado.
El ritmo es mucho menor, e incluso inexistente, en otras zonas del trazado, como Monte de Meda-Guntín, Guntín-Palas y Arzúa-Lavacolla. Entre Palas y Arzúa ni siquiera hay proyecto técnico.