Más vale tarde que nunca

Zona de las obras de ampliación del Círculo (Foto: J. Vázquez)
photo_camera Zona de las obras de ampliación del Círculo (Foto: J. Vázquez)

«Obras son amores y no buenas razones». Ese conocido y repetido refrán, como otros muchos derivados de la sabiduría popular, nos sirve con frecuencia para quejarnos de lo que no acaba de ir como debiera.

Sirve, desde luego, para lamentarse de casi todo y, por supuesto, también de los asuntos públicos, que nos causan más desvelos de los que cabría esperar de un sistema que quiere pasar por eficaz y que no es barato. Las obras, públicas o privadas, suelen ser un buen ejemplo de todas esas trabas que hacen que cualquier proyecto se retrase mucho más allá de lo que puede explicar la lógica o soportar la paciencia.

Y hay dos obras en Lugo, particularmente singulares, que ayer fueron noticia precisamente porque se dieron nuevos pasos administrativos para permitir su final, que no ha hecho más que demorarse por las eternas complicaciones administrativas.

Una de ellas es la de ampliación de las instalaciones del Círculo de las Artes y la protección de los restos arqueológicos hallados en el solar.

El Concello dio ayer una nueva licencia y se avanzó un poco más hacia un final largamente esperado por muchos lucense, porque la ampliación del Círculo -que supone cambios como poder tener un ascensor en el edificio- no es un asunto precisamente menor y afecta a cientos de personas. El proyecto aprobado ayer es el puesta en valor de los restos arqueológicos, un trabajo que ordenó la Xunta y que costará 15.275 euros..

A la vez, el gobierno local también dio licencia para construir una pasarela que unirá los edificios del Cetal y el Aula de Productos Lácteos, en Sanfiz. La conexión servirá para vincular dos edificios que, evidentemente, tienen un nexo común muy fuerte y que, sin embargo, en tiempos estuvieron muy cerca de constituir prácticamente dos proyectos antagónicos por esa cosa de la rivalidad institucional, tan poco práctica.

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