Recibió el cargo como «un gran regalo». El cura de A Nova,que se licenció en Canto Gregoriano en Milán, llega a la catedral con un objetivo: rescatar la música sacra para las celebraciones litúrgicas.
se le nota en la cara. Su mirada transmite la ilusión de un principiante -que ya no lo es- ante una nueva tarea. A sus 32 años, Luis Varela Castiñeira, también párroco de A Nova, no solo es el canónigo más joven de la catedral de Lugo sino que también será el primer prefecto de música que tendrá la diócesis en veinticinco años, desde que falleció el último en 1989, casualmente su tío Xosé Castiñeira.
Se le ve entusiasmado con la tarea que le encomendó el obispo, Alfonso Carrasco Rouco.
Sí, el cargo fue, para mí, un grandísimo regalo y un honor.
¿Este cargo culmina sus aspiraciones como músico y estudioso musical, tras haberse licenciado en Cantro Gregoriano en el Pontificio Instituto Ambrosiano de Música Sacra de Milán (Italia)?
No aspiro a nada. Solo a servir a la Iglesia y a los fieles de todas las maneras pero también a través de la música. Y lo que pretendo es, simplemente, responder lo mejor posible a este encargo.
¡Algo tendrán los genes de los Castiñeira para que les guste tanto la música, dado que su tío, Xosé Castiñeira, también canónigo, fue un gran músico!
Algo sí influyen los genes, pero también las ganas de servir a la Iglesia. Se puede transmitir, a través de la música, la belleza de la fe. Eso fue, precisamente, lo que mejor aprendí en Milán, más que otras cuestiones teóricas sobre la música en sí.
«El órgano fue sustituido por las rondallas en las iglesias y eso no es comparable»
Su cargo como canónigo prefecto de música abarca toda la diócesis, no solo la catedral. ¿Hay órganos únicos también en el resto de las iglesias como los de la basílica lucense?
Sí, hay varios. En Lugo, tenemos el de las Agustinas, el de A Nova y el de los Franciscanos. En la provincia, destacan el de A Régoa y San Vicente do Pino, en Monforte, y el de Lourenzá, que es muy antiguo, de 1709. Todos ellos son auténticas obras de arte que tenemos en nuestras iglesias.
¿Promocionará también la música de órgano fuera de la catedral, en las iglesias?
El órgano fue sustituido por las rondallas y no estoy en contra de la guitarra pero no es comparable con el sonido del órgano en cuanto a solemnidad. Creo que ahí se hizo una mala interpretación de los cambios propuestos en la liturgia después del Concilio Vaticano II. Habría que revitalizar los conciertos en las iglesias, pero de música clásica y con otro tipo de instrumentos distintos a los de cuerda que pueda haber en una rondalla. Eso no quiere decir que esté en contra de las guitarras, ni mucho menos, pero la solemnidad litúrgica que aporta el órgano no tiene nada que ver con la música de una rondalla.
