Un simple vistazo a la ciudad da idea de la agudísima crisis que vive el sector de la construcción. Edificios a medio construir o directamente con los huecos de ventanas y puertas tapados, grúas paradas, solares abandonados, agencias inmobiliarias con el cerrojo echado, almacenes de construcción, mueblerías y tiendas de decoración en apuros o directamente quebrados... Y los datos corroboran la paralización del sector. Desde el inicio de la crisis, el Concello recibió 48 comunicaciones de renuncia a licencias edificación. Y el año pasado, no registró ni una sola solicitud de licencia de obra mayor.
La concejalía de urbanismo no facilitó los datos por años, pero la mayoría de las renuncias se concentran en los dos o tres últimos años, tal como se puede comprobar en las juntas de gobierno semanales. Estas solicitudes tienen que pasar por ese órgano porque conllevan la devolución de las tasas que los promotores pagaron en su momento por la prestación de servicios urbanísticos.
