Lugo no quiere ser la "ciudad corrupta"

Las investigaciones judiciales dificultan los acuerdos postelectorales en Lugo, donde solo está abierta la puerta entre Ciudadanos y el PP. López Orozco esgrime un informe del SVA que le exime del cobro de comisiones en la Pokemon
Candidatos a la alcaldía de Lugo, durante el debate celebrado en el IES Ollos Grandes
photo_camera Candidatos a la alcaldía de Lugo, durante el debate celebrado en el IES Ollos Grandes

La corrupción y los pactos de gobierno constituyeron el bloque central del debate entre candidatos a la alcaldía de Lugo, organizado por el Colexio de Xornalistas de Galicia. «Hai que sustituír o cartel de ‘Lugo, cidade corrupta’ polo de ‘Lugo, cidade democrática’». Esta frase del alcaldable de la Alternativa Cidadá de Esquerdas, Carlos Portomeñe, define el cariz de la mesa redonda, moderada por la periodista de la Cadena Ser Tania Lombao. El cabeza de lista socialista, José López Orozco. se queda sin apoyos postelectorales por su condición de imputado, salvo que ceda la alcaldía a alguien de su partido. El PP solo vislumbra la posibilidad de negociar con Ciudadanos. Esta formación fue calificada por el actual regidor como «a marca branca do PP». Olga Louzao, número uno de la lista del partido de Albert Rivera, le replicó que «Susana Díaz quere que sexamos a súa marca branca en Andalucía».

Orozco esgrimió un informe pericial del Servicio de Vigilancia Aduanera sobre sus cuentas bancarias que le exonera de un incremento patrimonial por el cobro de comisiones o de fondos de dudosa procedencia. Negó que el exedil Liñares fuese su mano derecha, como le apuntó Santiago Fernández Rocha, de Lugonovo, quien respetó su presunción de inocencia pero le exigió «responsabilidades políticas» Esta afirmación llevó a pensar a Portomeñe que «entón o alcalde é zurdo e Liñares era a súa man esquerda».

Si Ace no quiere ser «a muleta do bipartidismo», Rocha justificó la negativa de su partido a pactar con el PSOE y con el PP. «Cando como unha costela gústame que o prato esté limpo e o PP nacional está moi tocado pola corrupción». Jaime Castiñeira, candidato popular, le replicó que su partido «sempre limpa os pratos cando ten algunha mancha». La ambición de Castiñeira es conseguir esos 400 votos que le separaron de la mayoría absoluta en 2011.

Rubén Arroxo, del BNG, se mostró dispuesto a negociar el «proxecto de cidade», para apostillar que su formación dio muestras de no estar apegado al gobierno cuando dejó de apoyar a Orozco tras su imputación.

MODELOS. Al hablar de modelos de ciudad hubo unanimidad en la demanda de políticas de transparencia y de promoción del empleo. En este ámbito, Rocha abogó por la colaboración con la universidad para elaborar planes de dinamización dirigidos a distintos sectores económicos.

Olga Louzao precisó que «a xente está farta de estar farta» y defendió la reestructuración de los servicios municipales y la eliminación de los asesores externos. Carlos Portomeñe reclamó el protagonismo vecinal. «Temos que defender o Lugo real fronte ao Lugo virtual das grandes obras e da política especulativa, baseada no enriquecemento duns poucos». Arroxo también rechaza el Lugo diseñado en el Plan Xeral aprobado por el PSOE y el PP, «no que se querían construír vivendas para 300.000 habitantes en beneficio dos construtores». Jaime Castiñeira recordó su Contrato con Lugo, firmado la pasada semana, «por que vai sendo hora que se pense que os políticos somos xente de palabra».

Todos los candidatos defendieron iniciativas de bienestar social, un problema latente en la sociedad lucense, con 17.000 personas en riesgo de exclusión y donde casi un tercio de los ciudadanos se benefician de distintos servicios sociales. López Orozco recordó que el Ayuntamiento de Lugo está considerado el cuarto mejor de España en este apartado «e imos aumentar os fondos un 22% para ser os primeiros».

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