Los cementerios vivieron ayer su día grande con la festividad de Todos los Santos. Cientos de personas acudieron a los camposantos de toda la provincia para cumplir con la tradición de recordar a los muertos con ofrendas florales. A pesar de que la lluvia no enturbió finalmente la jornada, la afluencia de gente en el cementerio de San Froilán fue menor a otros años.
El día festivo trascurrió con normalidad sin que se produjese ningún tipo de incidente. Los conductores no sufrieron los atascos de otros años para acceder al recinto ni tampoco hubo grandes problemas para encontrar aparcamiento.
Muchos lucenses optaron por ir en los días previos a limpiar las sepulturas y colocar las flores. Según informaron los trabajadores del cementerio, "a semana foi completa" con un goteo incesante de gente. Incluso se produjeron más atascos de vehículos el viernes, cuando no había un hueco libre donde dejar el coche, que el propio día de Santos.
